No a todos nos afecta de la misma manera, pero no tener sexo nos puede perjudicar tanto física como psicológicamente. Los especialistas aseguran que la abstinencia sexual puede, entre otras cosas, disminuir nuestra autoestima.
En primer lugar, la falta de sexo puede alterar la imagen que tenemos de nosotros mismos. Es decir, dañar nuestro amor propio. Segundo, mantener una vida sexual activa "aumenta la longevidad y hasta nos hace bajar de peso. Cuando se pierde eso nuestro organismo lo siente".
Tercero, cuando no tenemos relaciones sexuales podemos ser presa fácil del estrés y tendremos más dificultades para conciliar el sueño. Los orgasmos, aseguran los expertos, generan oxitocina, una hormona que provoca relajación y elimina el estrés.
Finalmente, la abstinencia sexual nos puede llevar a situaciones indeseadas como el descuido personal, disminuir nuestra actividad física y que comamos peor.
Según le contó al diario El País la sexóloga y educadora afectivo sexual Rosa Sanz, el nivel de afectación dependerá "de la experiencia y la forma de vivirla" de cada persona.
A su vez, Froilán Sánchez, coordinador del grupo de Salud Sexual de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), destacó que "esta carencia repercute en la salud de quienes desean mantener relaciones sexuales pero no pueden practicarlas”.