Cubano se casa con canadiense, la abandona y le vacía la casa
Cubano se casa con canadiense, la abandona y le vacía la casa

El que creía era el amor de su vida, terminó dejándola vacía... literalmente. Erin Standen, una madre de 28 años, soñaba casarse con un joven cubano de La Habana, a quien inundó de amor y regalos. Todo era perfecto y parecían ser el uno para el otro.

En junio, mientras esperaba que su pareja obtuviese el permiso de matrimonio en Cuba, la mujer empezó a hacer reformas en su casa e incluso compró un televisor de 47 pulgadas.

El 12 de enero pasado finalmente la espera terminó y Jorge Manuel Batista Gonzáles llegó a Toronto. Ambos se abrazaron, sonrieron y fueron para el remodelado nido de amor.

Tres días más tarde de la llegada del cubano, Standen salió de casa para trabajar. A su regreso, encontró que alguien se había llevado toda la ropa y regalos de su pareja, así como mil dólares en efectivo.

Confundida, la mujer no supo qué había pasado. Una nota mal escrita en una servilleta le revelaría algo que no hubiese querido leer: "Lo siento, ya no me siento enamorado. No me busques. Seré bueno. Voy a tratar de devolverte el dinero. Gracias por todo, Jorge Manuel".

Standen se ha quedado ahora con una hipoteca de miles de dólares de deuda debido a todo el dinero invertido en reformas, préstamos, regalos y llamadas telefónicas a Cuba.

"Hablamos de cuántos hijos íbamos a tener, de los viajes que haríamos por el mundo. Me dijo que lo primero que haría al cobrar su primer sueldo sería llevarme a cenar a un restaurante elegante y de la vida maravillosa que me iba a dar", relató entre lágrimas.

La joven madre conoció a González en abril de 2010, durante unas vacaciones en el resort Club Amigo de Guardalavaca, donde Batista trabajaba como cantante. Los dos se enamoraron y ella viajó a Cuba en diez ocasiones para estar con él hasta que finalmente lograron casarse en enero de 2012.

"Lo llamaba dos veces al día. Le enviaba tanto a él como a su familia de 60 a 80 dólares cada dos semanas. Les regalé ropa, muebles y utensilios de cocina", confesó indignada.

Vilma Filici, especialista en inmigración, explica que si bien los matrimonios de conveniencia no son norma en Canadá, sí existe un pequeño porcentaje de personas que se casan sólo para obtener la ciudadanía.

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