Un equipo de astrónomos dirigido por Christopher Manser, de la Universidad de Warwick, en Reino Unido, ha descubierto los restos de un planeta destruido que posee características similares a la Tierra.
El cuerpo celeste encontrado parece ser el núcleo de un planeta cuya corteza fue arrancada por la intensa gravedad de la enana blanca que orbita, conocida como SDSS J1228 + 1040. Esta última es una estrella que ha quemado toda su energía nuclear y se encuentra en la última etapa de su existencia.
Este tipo de astros se quedan sin combustible de hidrógeno, comienzan a quemar elementos como el helio y el carbono, y luego consumen a los planetas que orbitan demasiado cerca.
"El consenso general es que de 5.000 a 6.000 millones de años a partir de ahora, nuestro sistema solar será una enana blanca en lugar del sol, orbitada por Marte, Júpiter, Saturno, los planetas exteriores, así como también por asteroides y cometas", sostuvo Manser.
Los científicos revelaron que habían estado observando particularmente a esta enana blanca durante 15 años. Además, en el proceso de identificación de los restos se utilizó el Gran Telescopio Canarias, ubicado en España, y una nueva técnica para estudiar el espectro de las radiaciones de los cuerpos incandescentes.
El cuerpo celeste encontrado se encuentra a 400 años luz de distancia y se cree que está conformado principalmente por metales pesados como hierro y níquel, que le ayudaron a sobrevivir a la destrucción total de su sistema.