El escultor inglés Jason de Claires-Taylor ha creado cientos de estatuas y las ha distribuido en el fondo del mar. Es como una especie de ciudad en ubicada en la zona del Arrecife Mesoamericano e incluye todo tipo de obras de cemento: Una muchedumbre, personas aisladas, y casas enteras.

Las esculturas están hechas de un tipo especial de cemento que es diez veces más duro que el normal y tiene un ph neutral, que favorece a los corales. Además están ancladas al suelo rocoso del mar, diez metros debajo de la superficie y están unidas entre sí, para evitar que las mareas las desplacen.

Son alrededor de diez toneladas de cemento distribuidas en 500 estatuas que empezaron a colocarse desde el 2009 según reseña

"La instalación simboliza la resistencia y la negación a reconocer nuestra deprimente crisis ambiental y las acciones cortoplacistas e irresponsables que toman las instituciones financieras y gubernamentales", contó el artista de 37 años al diario. "Es como poner una escultura en el Sahara", agregó.

Sin embargo, más allá de su función como mensaje, estas esculturas, según cuenta de Claires-Taylor , pretenden cumplir un rol de conservación para las especies marinas que habitan allí.

"Trabajé con biólogos marinos locales para diseñar estatuas que sirvieran como habitáculos, espacios y escondites para los diferentes habitantes del arrecife. Las casas ofrecen un refugio para los predadores, como la barracuda y el pez león", agregó.

Sin embargo, hay quienes son más escépticos en ese sentido, señalando que esta especie de museo sirve más como una atracción turística y que el arrecife se ve perjudicada más por la contaminación de las estaciones y el cambio climático que por los visitantes

"No es ni un beneficio ni daño a los arrecifes, pero yo no lo veo como un proyecto de conservación", dijo Roberto Iglesias Prieto, un científico que estudia la vida marina en la zona.

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