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Un conejo que habla, un gato que aparece y desaparece, pociones y hongos para cambiar el estado físico, o una oruga azul que fuma en una pipa de agua, son algunos de los elementos del cuento de "Alicia en el país de las maravillas" que algunos críticos cuestionan si tienen que ver con el uso de drogas y con la sexualidad.

"La idea de que los aspectos surreales del texto son consecuencia de estados oníricos inducidos por las drogas resuenan en la cultura de los 60, los 70 y los 80, cuando el LSD circulaba ampliamente, e incluso ahora, que las drogas recreativas son un lugar común", señala a CNN Heather Worthington, profesor de Literatura Infantil en la Universidad de Cardiff, en Reino Unido.

Desde los años 60, muchos lectores han tratado de descubrir si el texto está haciendo, de alguna manera, referencia a las drogas. Se piensa que el autor del cuento, Charles Dodgson, conocido como Lewis Carroll, consumía opio o láudano.

El relato, en resumen, cuenta la historia de una niña que entra por un hueco a una madriguera en la que ocurren aventuras extrañas, y persiguiendo a un conejo que habla se encuentra con la Reina de Corazones y juega al croquet con patas de flamenco en vez de palos.

Algunos han criticado también la sexualidad del autor por la gran cantidad de fotografías que Carroll -que también era un fotógrafo reconocido- tomaba donde se muestran niños semidesnudos o totalmente sin ropa.

La crítica plantea que el que un hombre establezca regularmente amistad con niños menores es "sospechoso".

En opinión de muchos autores, detrás del interés de Carroll por la inocencia de las niñas jóvenes está el deseo, que no es necesariamente sexual.

"Las niñas eran para él un público sin sexualidad y que no emitía juicios de valor, por eso él se abría con ellas. Ellas lo amaban y él encontraba alivio en ellas" relata Jenny Woolf, autora de "El misterio de Lewis Carroll" a CNN.

"Si bien se sentía atraído por las mujeres, el celibato era una imposición de su trabajo (esta condición era necesaria en esa época para ciertos académicos de Oxford) y él creía que mantener relaciones sexuales iba en contra de los designios que Dios tenía para él", relata.

Sin duda la historia de Alicia en el país de las maravillas ha despertado un gran interés por entender el significado del relato, sus personajes y al autor detrás de la creación de un mundo que sólo puede existir en la imaginación. Se le han atribuido muchas interpretaciones a un libro que no juega con la lógica, tratando de descubrir si esta historia trasciende a la percepción infantil.

Basándose en su propia experiencia como ilustrador de la edición de 1988, Anthony Browne cree que probablemente Carroll no tenía idea de los significados que muchos ven en su historia.

"La gente interpreta los libros de una manera lógica, al igual que los sueños. Quieren darle a todo un significado. 'Alicia en el país de las maravillas' no debe leerse como un libro lógico. Puede que Carroll le haya dado significados ocultos, sin tener plena conciencia de ello" sostiene.

"De alguna manera, no importa", concluye Brown. "No creo que Carroll escribiese Alicia para ser interpretada, sino para ser disfrutada".