Juan Villacorta: “Dios me dice cómo enseñar arte a las nuevas generaciones”
Juan Villacorta: “Dios me dice cómo enseñar arte a las nuevas generaciones”

Serenidad, sosiego y templanza es lo que emana Juan Villacorta Paredes, artista plástico y educador. Sus 40 años en el ámbito educativo han sido premiados con la máxima distinción de la Escuela Nacional Superior Autónoma de Bellas Artes del Perú (ENSABAP), la Medalla de Honor Daniel Hernández.

¿Siempre estuvo rodeado de arte? 

Nací en Trujillo y allí el arte está en todas partes. Chan Chan, la Huaca del Sol y la Luna y Huanchaco son algunos de los centros arqueológicos notables. Recuerdo que mi padrino me llevó a estos lugares como ayudante para sacar huacos. ¡Fui un huaquero a los 6 años!

¿Las huacas lo ayudaron a descubrir al artista que llevaba dentro? 

Sí. Me enamoré de los dibujos y, en el colegio, comencé a replicar las figuritas que había visto. Me pasaba muchas horas pintando y le agarré cariño al dibujo.

¿Y ningún otro arte lo hizo desistir?

No porque vivía en la chacra. Luego me fui a estudiar al colegio Salesiano de Lima, donde llegué a pensar que sería un religioso; y es que siempre he sido guiado por mi madre en el sentido de la espiritualidad. Además, era un alumno destacado y tranquilo, muy listo en todos los cursos.

¿Los sacerdotes del colegio no pusieron el ojo en usted? 

Sí. Como siempre conseguía premios de excelencia, ellos querían que yo sea sacerdote. Mi papá también estaba de acuerdo, pero ingresé a la Escuela Bellas Artes, en tercero de secundaria, y me encantó. Entonces yo dije: Si voy a predicar como sacerdote por el mundo, prefiero hacerlo a través de mis imágenes. Así me dediqué al arte con un alto sentido de religiosidad, por supuesto. Siempre guiado con el Señor.

¿Crees que Dios le ha ayudado a emprender este camino? 

Dios me ha ayudado plenamente en todo lo que he hecho. En cada libro que escribo, él me dice cómo enseñar arte a las nuevas generaciones.

¿Cuál es la clave para que los niños amen las artes plásticas? 

Siempre les digo que el arte tiene la virtud de reforzar todo tipo de inteligencia, y lo afirmo en base a mi experiencia. El curso de arte me permitió ser el mejor alumno de la clase. Mientras mis compañeros eran memoristas, yo me convertí en un artista, y eso me ha servido para las otras materias escolares. El arte infunde una gran sensibilidad humana y valores.

Muchos consideran que, por exponer esa sensibilidad, los artistas son débiles...

Ese es el problema. Vivimos en un mundo muy materialista y nos falta el componente espiritual para equilibrar la existencia. En cambio, el artista cultiva los mejores valores de la vida. Somos felices en una sociedad que se inunda en sus tristezas.

¿Aún considera que la réplica es el mejor camino para iniciarse como artista?

Claro. Replicar no es nada denigrante ni vergonzoso. Hay quienes creen, por la incultura, que por copiar a un artista conocido, la persona no tiene talento. La réplica es el fondo de la perfección de los grandes artistas, y más para un alumno que recién empieza.

¿Y hay una segunda pasión, después de las artes plásticas?

Claro que sí. Yo no puedo estar sin música, me pongo muy inquieto sin ella. Solo he apagado la radio para esperar su entrevista. Considero que quien ama el arte, ama también sus demás ramas. Pero quiero dejar en claro que las artes plásticas alegran mi espíritu.

¿Y sigue evolucionando sus métodos de enseñanza? 

Quisiera evolucionar más. Lo que pasa es que ya estoy con las justas. Por primera vez estoy enfermo y tengo que ir con cierta regularidad a chequearme. Algunas veces me dicen que por mi edad ya debo dejar de lado mi profesión.

¿Qué les dice usted? 

Eso nunca se lo digas a un educador, porque lo que hace lo lleva por el resto de su vida, y yo voy a enseñar hasta el último momento. Siempre estoy pensando en pintura y en enseñar. Aún me queda mucho por hacer en esta vida.

El arte seguro lo rejuvenece...

¡Por supuesto! Justo estoy escribiendo un libro que se titula “Cómo vivir 100 años” y, justamente, cuando me puse a escribirlo, me vino una especie de mareo. Yo creo que ha sido el dedo de Dios que me ha detenido porque ya me vio muy engreído. 

DATO

Juan Villacorta Paredes. Docente. Ingresó en 1950 a estudiar en la Escuela de Bellas Artes y egresó en 1954 como profesor de Artes Plásticas. Además, fue docente del colegio Salesiano.

40 años dedicado a la ense-ñanza de las artes plásticas.