Mario Siperman, tecladista de Los Fabulosos Cadillacs: “La experimentación ha hecho que aprenda de la música”
Mario Siperman, tecladista de Los Fabulosos Cadillacs: “La experimentación ha hecho que aprenda de la música”

La música puede ser el complemento perfecto para encontrar aquello que uno ama en la vida. Mario Siperman, tecladista y uno de los fundadores de la clásica banda argentina Los Fabulosos Cadillacs, sabe que el don del ritmo es el causante de todo lo bueno que le ha sucedido en la vida. Desde un hilo telefónico, el músico abre las puertas de su vida para contar cómo descubrió en este ámbito sus sueños, y completó todo lo que en un momento se propuso.

¿El gusto por la música siempre estuvo presente en su vida?

Bueno, cuando estaba en primaria, no sabía lo que quería hacer en el futuro, al igual que muchos niños, pero sentía que era algo relacionado a lo que me gustaba. Mis padres escuchaban mucha música, mi mamá amaba las sinfonías clásicas, y por influencia del momento, el rock en las calles. En la década del 60, ya sabía que quería crear una banda, tenía amigos que también buscaban lo mismo que yo y me sentía motivado a hacerlo.

Entre la música clásica y el rock, ¿cuándo nace el gusto por el estilo ska?

Dicho así, el sonido es muy diferente. Cuando fui universitario, se me venían muchas cosas a la cabeza. Toda esa lluvia de ideas fue el encanto de la banda, comenzamos a probar sonidos y gustos de cada integrante de la agrupación, así fue como encontramos el camino que queríamos lograr, musicalmente hablando.

¿Dónde nació el famoso apodo “spiker”, que le dieron en la agrupación?

La verdad, no sé bien de dónde viene, pero suena lindo. Sería mentir si afirmo lo contrario, y no es la primera vez que me lo preguntan, los verdaderos fans me lo cuestionan. Ellos creen que no se los quiero contar.

Sé que estudió Arquitectura en la Universidad de Buenos Aires, ¿qué pasó con la carrera?

Hice esa profesión a la par con la banda y fue una locura. Cuando me iba de viaje eran una tortura si quería hacer mis labores universitarias. Los profesores trataban de entenderme, pues la música era mi trabajo. Sin embargo, mis compañeros de la UBA ya no confiaban en mí porque no sabían qué iba a hacer en la facultad, era muy irregular. Un día estaba con ellos haciendo trabajos y al otro, me iba de gira.

Y sobre “Los Encargados”, ¿cómo fue su paso por esa banda antes de llegar a Los Cadillacs?

Se dio antes de Los Cadillacs. Básicamente fue lo mismo, solo que no tuve la misma conexión. Todo cambió y decidí irme con mis amigos para hacer música.

El nombre de “Cadillacs 57”, ¿de dónde viene?

Ese nombre llegó antes que “Los Fabuloso Cadillacs” y nos llamamos así por un breve periodo, casi imperceptible. Surgió por el auto de Flavio Cianciarullo, bajista de la banda, que en ese tiempo tenía el carro que todas las personas querían y añoraban comprar, el Cadillac. Era el mejor vehículo que existía en ese entonces.

¿Existe otro instrumento que maneje dentro de su repertorio?

Sí, al principio solo tocaba el teclado, pero con el tiempo he ido aprendiendo otros más. La experimentación que tuve en la banda ha hecho que aprenda de la música en su totalidad. Ahora tengo una productora llamada “El Loto Azul”, donde he podido poner a prueba todos mis conocimientos sobre lo que me apasiona.

¿Cuál ha sido el mejor momento que ha vivido en la agrupación?

La verdad que son muchos los momentos que compartimos con los Fabulosos Cadillacs, hemos crecido juntos. Desde 1983, año en que nació la banda, aprendimos lo que quieren los seguidores y lo combinamos con lo que deseamos nosotros para entender que esa es nuestra música.

Y con respecto a Loto azul, ¿cómo divide su tiempo entre la productora y las giras con la banda?

Al principio fue costoso acostumbrarme a mis horarios, pero era algo que quería lograr. Y un lugar donde pongo toda mi imaginación en una canción. Nació hace más de 20 años y pese al desgaste que he hecho en vida, me siento muy feliz con lo que realicé.

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