Las mascotas se han convertido en los seres incondicionales para cientos de personas. Es por ello que las personas de dinero no dudan en ofrecer a sus compañeros una vida de comodidades y hasta herencias para que ante su muerte no queden a la deriva.
Gunther IV. Es un pastor alemán con mucha suerte. Su padre fue Gunther III y era la mascota de la condesa Karlotta Liebertein, quien dejó al perro una fortuna de 372 millones de dólares. El perro, por su parte, tiene una hermosa propiedad de Miami, siempre viaja en limusina, tiene una mucama y cocineros personales.
Grumpy Cat. Es uno de los gatos más famosos del internet. Su insólita expresión ha atraído la atención de cientos de personas. Él trabaja de manera independiente con su dueña. La fortuna el gato llega a 100 millones de dólares y solo funciona con movimiento en las redes sociales. Tiene 2 millones de seguidores en Instagram y 850 mil en Twitter, sin duda todo un éxito. Solo falta con ver una imagen de él para reconocerlo como el enojado gato de la web.
Trouble. Fue mascota de Leona Helmsey, una magnate de los hoteles y bienes raíces en todo el mundo, que falleció en el 2007 y dejó a su perro asegurado de por vida. Con 12 millones de dólares él tuvo una vida de lujos y cuidados, sin embargo murió en diciembre del año pasado y su dinero paso a una fundación que favorece a la investigación médica y la cultura.
Tomassino. Es una gato que se volvió rico de un día a otro, todo luego que María de la Asunción lo adoptara, ella es la viudad de un empresario inmobiliario en Italia. Ella dejó una herencia de 10 millones al gato. Tomassino está al cuidado de la enfermera de la señora, a quien De la Asunción le encargó el papel pese a que la enfermera no sabía que su paciente era rica.
Conchita. Vive en Florida, Estados Unidos y cuando murió su dueña, Gail Posner, la mascota recibió una mansión de 8,3 millones de dólares, noticia que no agradó mucho al hijo de Posner, quien intentó eliminar dicho estamento sin embargo no pudo vencer a la mejor amiga de su madre quien buscaba que se respete el mensaje de Gail Posner.
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