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Con un tamaño no mayor al de la palma de una mano y un aspecto más semejante al de un topo, los osos hormigueros más pequeños del mundo, conocidos como pigmeos o sedosos, baten récords de longevidad en el zoológico de, donde dos ejemplares cumplieron once años de edad.

Bautizados como Fredy y Paulina, los dos especímenes, que miden unos 13 centímetros de longitud y pesan unos 400 gramos, llegaron al zoológico hace casi diez años y ya han pulverizado de lejos el mayor tiempo de vida en cautiverio de esta especie, fijada hasta entonces en dos años en el zoológico de Nueva York.

"Fredy es el ejemplar más longevo en cautiverio. Ha roto todos los récords escritos, que promediaban una vida de dos años y medio, o hasta tres como máximo, para una especie considerada muy rara", contó a Efe el médico veterinario del zoológico de Huachipa Gianmarco Rojas.

Estos pigmeos tienen una vida prolongada gracias a la denodada atención de sus especialistas y veterinarios, que iniciaron un proyecto de conservación para investigar esta especie, cuyos hábitos y características eran prácticamente desconocidas y apenas estudiadas.

Lo más difícil fue reemplazar la alimentación de estos exóticos hormigueros, consistente en insectos, especialmente termitas, por suplementos de vitaminas, minerales y aminoácidos, destacó Rojas.

El especialista indicó que no hay datos sobre el estado de conservación de la especie, pues es un animal "críptico, difícilmente observable" en su hábitat natural, que es la selva amazónica y de Centroamérica, ya que es nocturno y acostumbra a dormir durante el día en los árboles.

"Su mayor peligro es la deforestación. Son animales que mueren comúnmente por la tala de árboles. Ellos se esconden en los árboles para dormir y mueren con la caída de los mismos", señaló Rojas.

Su carácter nocturno hace que los dos ejemplares de Huachipa nunca hayan sido exhibidos a los visitantes durante la década que llevan en el recinto.

En ese período, los dos hormigueros pigmeos, también conocidos con el exótico nombre de serafines del platanal, solo recibieron la visita de especialistas interesados en estudiarlos, algunos de ellos de Brasil y Colombia.

Ambos especímenes hacen gala a su apelativo de sedosos gracias a a un abundante pelaje de color cobrizo, que se torna brillante al recibir la luz del sol, y a pesar de parecer torpes y lentos por sus diminutos ojos y cortas patas, cuenta con garras fuertes y una cola prensil que les permite colgarse de las ramas para alimentarse.

Su reducido tamaño contrasta con sus parientes más grandes, la tamandúa, que alcanza hasta los 10 y 12 kilos de peso, y el oso hormiguero gigante, de hasta 50 kilos, que es el más popular entre estos animales por su prolongada y pegajosa lengua con la que atrapa las termitas.

El jefe de fauna del zoológico de Huachipa, Michael Tello, destacó a Efe que su institución es la única a nivel mundial que conserva en cautiverio a estas tres especies, con dos gigantes, tres tamandúas y dos pigmeos, la mayoría rescatados del comercio ilegal por las autoridades peruanas.

Para dar a conocer la experiencia acumulada en el cuidado y conservación de los osos hormigueros, el Parque Zoológico Huachipa organizará en noviembre un curso internacional en Lima sobre manejo de esa especie y presentará el libro "Conservación y rehabilitación de hormigueros en vida libre".

Los especialistas del zoológico también tienen previsto habilitar próximamente un ambiente especial para exhibir a los longevos hormigueros sedosos al público tras tener suficiente información sobre su manejo, al punto que su siguiente paso será tratar de que ambos ejemplares se reproduzcan en cautividad, lo que sería otro hito. 

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