Por más que intentó ponerse serio, un padre de familia no pudo llamar la atención a sus hijos por haberse portado mal, ya que la risa lo dominó.
Mientras el progenitor estaba ocupado en sus quehaceres diarios, los pequeños habían jugado con pintura y causaron destrozos en un área de sus casa. Además, no solo la ropa que llevaban puesta terminó bañada de pintura sino la cara, cuello y cabello.
En el video colgado en YouTube se observa el peculiar hecho, tras la travesura de las criaturas que mostraron su arrepentimiento.