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Plantear preguntas y proponer soluciones son acciones que Patricia García Funegra realiza día a día para cambiar la vida de miles de personas. Sus dos últimos proyectos de investigación, que fueron reconocidos por el Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (), también reflejan ese objetivo. Uno busca prevenir el cáncer de cuello uterino y el otro pretende acabar con la depresión en las mujeres gestantes.

¿En qué momento se insertó en el camino de la investigación?
Al terminar la carrera de medicina en la UPCH viajé a Estados Unidos para hacer mi residencia. En todo momento pensé en ser médico clínico, pero eso cambió cuando realicé la especialidad de enfermedades infecciosas en la Universidad de Washington.

¿Qué encontró ahí que la hizo cambiar de opinión?
Observé cómo diversas personas se abocaban en mejorar las cosas, tal y como yo quería. Sin embargo, su forma era plantear una pregunta, proponer una solución y probar si daba resultados. Me interesé en ello y me di cuenta que a través de la investigación podía cambiar la vida no solo de una, sino de miles de personas.

Estudió varios años en Estados Unidos, ¿tenía en mente regresar al Perú?
Sí, mi idea siempre fue regresar porque aquí se pueden hacer innumerables cosas. Cuando retorné, comencé a crear un ambiente favorable para la investigación en la Facultad de Salud Pública de la UPCH.

Actualmente, ¿cómo describe el escenario para los investigadores?
Hoy existe un escenario mucho mejor en el país. El Estado y la población comienzan a entender que la investigación es importante para el desarrollo del país.

Al finalizar el año 2014, el Concytec escogió ideas innovadoras a favor de la salud, entre las cuales se encuentran dos proyectos suyos...
Así es. Tenemos un proyecto que se llama KusiyRed, enfocado en acabar con la depresión de las gestantes a partir de mensajes de texto que sean motivadores e informativos. El otro proyecto plantea un nuevo modelo de detección del cáncer cervical.

¿Cuánto se ha avanzado en la prevención de este mal?
Yo comencé a trabajar este tema hace doce años. En todo este tiempo surgieron diversos avances relacionados al VPH, causante de esta enfermedad. Hoy en día, hay una vacuna contra este virus y el Perú lanzó el año pasado una campaña para vacunar a niñas mayores de 10 años. Si esta medida es positiva, aún queda una parte de la población desprotegida. La actual estrategia del país para prevenir el cáncer cervical en este grupo es la prueba del Papanicolau.

Pero, este examen no es totalmente seguro...
Exacto. El Papanicolau es una prueba que no es fácil de hacer y en cada paso se pueden cometer diversos errores. Además, existen muchas mujeres que le temen a este examen. Por ello, hemos propuesto una nueva alternativa de despistaje a partir de las pruebas moleculares, las cuales te dicen si el virus está en el cuello del útero.

¿De qué trata la propuesta?
Nosotros hemos propuesto en el proyecto “Esperanza” enseñarles a mujeres líderes todo lo relacionado al VPH para que sean voceros e incentiven a otras mujeres a hacerse un despistaje. Pero, este se haría de otra forma. La misma persona, por medio de un hisopo de palo largo, se tomaría la muestra y la llevaría a un centro de salud para ser analizada. Al día siguiente, recibiría los resultados.

Digamos que esto cambiaría la dinámica de prevención...
Claro. Tratamos de que todo sea en el menor plazo involucrando a la comunidad. Nuestro objetivo es que podamos crear un nuevo sistema de diagnóstico para disminuir el cáncer cervical.

¿Concytec financiará el proyecto?
Sí, y lo pondremos en marcha en Ventanilla.

¿Cuál es su siguiente objetivo como investigadora?
Trabajamos en otros proyectos y mi meta es seguir promoviendo la investigación.


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