La campaña navideña de las tiendas Barneys, en Estados Unidos, utiliza a personajes como Minnie, Daisy y Goofy, pero con una figura ultra delgada lo que ha despertado la polémica entre el público.

En un adelanto de su película en 3D Electrical holidays, que se verá en el otoño boreal en Nueva York, se puede observar a estos personajes dejando a un lado sus uniformes característicos para pasar a lucir los exclusivos diseños de Lanvin, Balmain, Dolce & Gabbana y Balenciaga, entre otras casas de ropa de primera línea.

Sin embargo, el problema no es el "cambio de modisto" que llevan a cabo estos personajes animados, sino su polémica transformación en figuras superdelgadas, algo en lo cual muchas personas han visto una clara identificación con las modelos de "carne y hueso".

Los dibujos animados lucen más hueso que carne en las creaciones de los maestros de la aguja. Algo que molestó de inmediato al público, que considera a esta nueva imagen como perjudicial para niños y jóvenes. Consideran que esas figuras quedaran grabadas en sus mentes y muchos pretenderán tener esos cuerpos a cualquier precio. Incluso el de quedar presos de la anorexia.

No obstante, el jefe del área de productos de consumo de Disney, Robert Chapek, opina todo lo contrario. En una entrevista con el sitio web WWD, aseguró que su movida "deleitará a gente de todas las edades".

El aspecto habitual de las "Chicas Disney" le planteó un problema al equipo creativo de la campaña. "Tuvimos una discusión cuando los personajes desfilaron en la pasarela, porque la Minnie estándar no quedaría tan bien en un vestido de Lanvin", explicó Dennis Freedman, director creativo de Barneys. Y añadió: "Si vamos a hacer que esto funcione, tenemos que tener a una Minnie de 1,80 metros de altura"

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