Si comentamos de íconos musicales que la rompieron y marcaron a toda una generación, sin duda aparecería este nombre, Kurt Cobain, el recordado líder de Nirvana, la emblemática banda grunge de Seattle formada en 1985.
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“Smells Like a Teen Spirit”, “Come as You Are” , “All Apologies”, “About a Girl”, “Something In The Way” o “The Man who Sold the World” son solo algunas de las canciones que llevaron a la cima del éxito a la complicada estrella noventera.
Pero lo que nadie esperaba es que la exitosa carrera del guitarrista, compositor e intérprete estadounidense, considerado por muchos como símbolo y portavoz de la llamada Generación X durara tan poco, pues su trajín en los escenarios fue fugaz, por describirlo de alguna manera, ya que se quitó la vida cuando apenas tenía 27 años.
Este año se cumplieron 28 años del inexplicable suicidio del artista, pues su muerte aún sigue siendo motivo para especulaciones. Hasta donde se conoce, los últimos años de vida de Cobain fueron marcados por una dura depresión y una fuerte adicción a la heroína.
Su cuerpo fue encontrado tres días después de dispararse con una escopeta calibre 20 en el invernadero de su casa en Seattle. Al costado del cuerpo también había unas gafas, cigarrillos y una carta dirigida a su amigo imaginario de la infancia, Boddah.
LA CARTA DE KURT COBAIN
A continuación, lo que decía en la carta que dejó Kurt Cobain antes de quitarse la vida aquel 5 de abril de 1994.
Pérdida de interés por la música
“Hablando como el estúpido con gran experiencia que preferiría ser un charlatán infantil castrado. Esta nota debería ser muy fácil de entender: Todo lo que me enseñaron en los cursos de punk rock que he ido siguiendo a lo largo de los años, desde mi primer contacto con la, digamos, ética de la independencia y la vinculación con mi entorno, ha resultado cierto. Ya hace demasiado tiempo que no me emociono ni escuchando ni creando música, ni tampoco escribiéndola, ni siquiera haciendo rock and roll. Me siento increíblemente culpable”, comenzó su escrito.
Sin motivaciones
Luego dio a conocer cómo se sentía cuando realizaba presentaciones, las cuales consideraba vacías. “Por ejemplo, cuando se apagan las luces antes del concierto y se oyen los gritos del público, a mí no me afectan tal como afectaban a Freddy Mercury, a quien parecía encantarle que el público le amase y adorase. Lo cual admiro y envidio muchísimo. De hecho, no los puedo engañar, a ninguno de ustedes, simplemente, no sería justo ni para mí simular que me lo estoy pasando el 100% bien, sería el peor crimen que me pudiese imaginar. A veces tengo la sensación de que tendría que fichar antes de subir al escenario. Lo he intentado todo para que eso no ocurriese (Y sigo intentándolo, créeme, Señor, pero no es suficiente)”.
Siente frustración
Kurt Cobain reconoce que a pesar de haber influido y gustado a mucha gente de diferentes partes del mundo, busca recuperar la emoción que perdió, esa que sentía cuando era niño.
“(…) En nuestras tres últimas giras he apreciado mucho más a toda la gente que he conocido personalmente que son fans nuestros, pero a pesar de ello no puedo superar la frustración, la culpa y la hipersensibilidad hacia ellos. Solo hay bien en mí, y pienso que simplemente amo demasiado a la gente, tanto que eso me hace sentir jodidamente triste. El típico Piscis triste, sensible, insatisfecho, ¡Dios mío! ¿Por qué no puedo disfrutar? ¡No lo sé! Tengo una mujer divina, llena de ambición y comprensión, y una hija que me recuerda mucho cómo había sido yo”.
Tiene miedo por su hija
Y es que para el artista, el hecho de que su hija Frances sea muy noble y piense que todo el mundo el bueno y no le harán daño, lo aterrorizaba. Pero también pensaba en qué iba suceder cuando ella se convirtiera en una rockera “siniestra, miserable y autodestructiva” como -según asegura – lo fue él.
Se despide
“Lo tengo todo, todo. Y lo aprecio, pero desde los siete años odio a la gente en general. Solo porque parece que a la gente le resulta fácil relacionarse y ser comprensiva. ¡Comprensiva! Solo porque amo y me compadezco demasiado de la gente. Gracias a todos desde lo más profundo de mi estómago nauseabundo por sus cartas y su interés durante los últimos años. Soy una criatura voluble y lunática. Se me ha acabado la pasión, y recuerden que es mejor quemarse que apagarse lentamente. Paz, amor y comprensión, Kurt Cobain”, finalizó su escrito dirigido al público.
Palabras hacia su hija y pareja
Por último, le dedicó unas frases a su hija y esposa: “Estaré en su altar. Por favor, Courtney, sigue adelante por Frances, por su vida que será mucho más feliz sin mí. ¡Las amo y las quiero!”.
Como se sabe, Courtney love fue la esposa de Kurt Cobain, con quien se casó en febrero de 1992, dos años antes de su muerte. Ese mismo año en agosto nació la única hija de la pareja, Frances Bean Cobain.