Rony Campos: “Con Perú Negro me hice profesional a los catorce años”
Rony Campos: “Con Perú Negro me hice profesional a los catorce años”

“Se sentaba en mi casa con su caja de cigarros y su taza de café al lado y en una hoja se ponía a dibujar las coreografías a ojo abierto”, relató Rony Campos, hijo de uno de los fundadores del ballet afroperuano Perú Negro, en una entrevista. Esa peculiaridad se trasmite hasta hoy, en su tercera generación que ya sobrepasa los 45 años.

Estás asociado a la música negra desde los genes...

Así es. Desde los cinco años me involucré en esta música con Perú Negro. En 1969, ambos nacimos en La Victoria, en Renovación, donde se ensayaba en mi casa, en un callejón de un solo caño. Un espacio muy chiquito.

¿Entonces el gusto fue instantáneo?

Yo tenía todas las condiciones: tocaba instrumentos, bailaba y zapateaba. Lo hacía en la puerta de mi casa junto a mis amigos.

¿Y nunca otro interés te hizo un guiño?

¡Claro! ¡Yo quería ser militar! ¡Deseaba ser un marino! Hasta me interesó la pelota.

¿Y qué pasó?

Yo entré a Perú Negro por una emergencia. Mi familia se fue a Venezuela y cuando volvió, la mitad de los integrantes se quedó allá. Entonces era una urgencia armar nuevamente el grupo. Como tenía amigos que bailaban, los convoqué y volvimos con fuerza. A raíz de eso, perdí la magia de querer dedicarme a otra cosa y se despertó el gusanito de la música.

¿No lo sentiste como una obligación?

No, para nada. Toda la vida he tenido el arte dentro de mí, pero no lo había descubierto en su totalidad. Con este grupo me hice profesional a los catorce años.

No es hijo único. ¿Por qué cree que su padre se inclinó en darle la dirección del grupo?

Bueno, él siempre me preparó para ese momento al llevarme a los ensayos. Quería que vea la actitud que él tomaba, las actividades que hacían y cómo él preparaba a la gente. Yo miraba y aprendía. Y eso es de sangre, tú sabes.

Cuénteme de “La herencia continúa”...

Será lo mejor y más nuevo de Perú Negro. Es un montaje que recorre toda nuestra trayectoria y la historia de la música afroperuana.

En esta muestra musical usted dará vida a su padre. Muchos pensarían que sería sencillo interpretarlo...

¡No, no! Él era una persona especial, muy carismático y muy alegre. Imitar o compararme con él no es nada fácil. De repente tengo algunas actitudes parecidas a mi padre, como su carácter. Yo tendré una carita de inocente, pero soy bravo a la hora de poner reglas.

En esta presentación, ¿la actuación aportará a la danza y al baile?

Será la primera vez que Perú Negro haga eso. Toda la vida ha sido danza y canción. Ahora queremos innovar para darle un aire fresco a la gente. Y eso siempre ha hecho Perú Negro: proponer y educar al agente. Nosotros educamos con cultura.

¿Ese es su sello distintivo, innovar?

Esta vez fue mi hijo quien quiso que actuemos. Como mi padre, yo también lo dejo ser y que tome las decisiones.

¿Y hasta qué punto se puede innovar?

No hay tope en la música. Yo no estoy en contra de renovarse. La música negra se toca hasta en la chicha, la cumbia. Como el cajón, ahora está en todos los géneros. Hoy en día la música es todo.

¿Y por qué contar la historia afroperuana a través de la música?

Es parte de su esencia. Cuando un negro estaba alegre, bailaba festejo; cuando estaba triste, un landó, y si estaba colérico, un afro. Además, la música es el mejor método para todo. Si quieres descansar, pensar, comunicar... hasta enamorar. Te pongo una musiquita acá, digo palabras bonitas y caes en una porque la música participa en lo que voy a decir.

Algunos artistas dicen que no les interesan los premios. ¿A ti?

Queremos el Grammy. Antes fuimos nominados en tres ocasiones. El siguiente año esperamos presentar el próximo disco que está en proyecto.

Pero ser nominados no es nada despreciable...

Pero esperamos llegar a ese pedestal. Es lo máximo que buscamos.

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