Túpac Amaru II: Un día como hoy es ejecutado José Gabriel Condorcanqui
Túpac Amaru II: Un día como hoy es ejecutado José Gabriel Condorcanqui

Un 18 de mayo de 1781 muere José Gabriel Condorcanqui Noguera, más conocido como , caudillo indígena y líder del mayor movimiento de corte independentista que se dio en Sudamérica durante el siglo XVIII. Su sublevación influiría en movimientos y en el pensamiento andino.

Túpac Amaru II, cacique de Surimana, Tungasuca y Pampamarca, dominaba el quechua, castellano y latín tras estudiar en el Colegio de Caciques del Cusco, a cargo de jesuitas. Además de la administración de sus tierras se dedicó al comercio de arrieros. Debido a su prósperos negocios empezó a ser presionado por la corona española.

"Es un asunto político y dado ello ha motivado un gran debate entre los historiadores, algunos piensan por ejemplo que no tiene nada que ver con la independencia. Mientras que para otros este es un proceso largo, arranca en Tinta y acaba en Ayacucho", indica el historiador Antonio Zapata sobre la motivación de este hecho en un documental de TVPerú elaborado con motivo del bicentenario de la rebelión de Túpac Amaru.

Él  es cuando decide ejecutar al corregidor de Tinta, Antonio Arriaga. Tras el triunfo de sus tropas en la batalla de Sangarará y el cerco al Cusco, Túpac Amaru II será capturado por el visitador español José Antonio de Areche.

José Gabriel Condorcanqui Noguera fue ejecutado a los 43 años de edad en la Plaza Mayor del Cusco junto a su esposa Micaela Bastidas y otros líderes de la rebelión contra el colonialismo español. Túpac Amaru II fue obligado a presenciar el asesinato de toda su familia. Se le sentenció a morir descuartizado por cuatro caballos que tiraron de cada una de sus extremidades pero logró sobrevivir. Entonces lo decapitaron y descuartizaron.

Cabe precisar que la sublevación de Túpac Amaru, precursor de la indenpendencia, se extendió a diferentes regiones del virreinato del Perú debido al apoyo de curacas, mestizos y algunos criollos. Integraba a casi todas las castas de ese entonces y lo que se originó por un reclamo ante la explotación indígena y abolición de la mita se convirtió en un grito por la libertad.

Lo harán volar con dinamita.

En masa, lo cargarán, lo arrastrarán.

A golpes le llenarán de pólvora la boca,

lo volarán: ¡Y no podrán matarlo!


Le pondrán de cabeza.

Arrancarán sus deseos, sus dientes y sus gritos.

Lo patearán a toda furia.

Luego lo sangrarán.¡Y no podrán matarlo!


Coronarán con sangre su cabeza;

sus pómulos, con golpes.

Y con clavos, sus costillas.

Le harán morder el polvo.

Lo golpearán: ¡Y no podrán matarlo!


Le sacarán los sueños y los ojos.

Querrán descuartizarlo grito a grito.

Lo escupirán.

Y a golpe de matanza lo clavarán:

¡y no podrán matarlo!


Lo pondrán en el centro de la plaza,

boca arriba, mirando al infinito.

Le amarrarán los miembros.

A la mala tirarán:¡Y no podrán matarlo!


Querrán volarlo y no podrán volarlo.

Querrán romperlo y no podrán romperlo.

Querrán matarlo y no podrán matarlo.


Querrán descuartizarlo, triturarlo,

mancharlo, pisotearlo, desalmarlo.

Querrán volarlo y no podrán volarlo.


Querrán romperlo y no podrán romperlo.

Querrán matarlo y no podrán matarlo.


Al tercer día de los sufrimientos

cuando se crea todo consumado,

gritando ¡LIBERTAD! sobre la tierra,

ha de volver.¡Y no podrán matarlo!

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