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Las industrias lecheras hacen todo lo posible para vendernos la imagen de una "vaca" feliz. Sin embargo el desconocimiento que hay al respecto es inimaginable.

Para producir leche, como ocurre con cualquier otro mamífero, la vaca debe estar preñada, ya que no es una canilla de leche.

En estado salvaje, la vaca puede vivir entre 15 y 20 años. En la industria lechera, la vaca suele vivir solo entre 3 y 7 años.

La Asociaciones de Defensa de Animales afirman que durante sus primeros años de vida, las vacas son explotadas y maltratadas. Se les inyectan hormonas de crecimiento, cortan sus cuernos, se las marca a fuego, son encadenadas en sus cubículos y se las conecta a máquinas que las dañan, les causan mastitis, les producen pus. (Los ministerios de salud aceptan un determinado porcentaje de pus en los lácteos, que varían según el país)

Al terminar su "etapa productiva" las vacas son asesinadas y vendidas para el consumo humano (las industrias no pierden ganancias, venden todo lo que tienen).

Por tales motivos, la vaca lechera tiene peor destino que la vaca ganadera, ambas terminan sacrificadas en el matadero, pero la vaca lechera es además explotada y esclavizada.

Durante dos años, estas vacas han estado encerradas para ser ordeñadas, no las sacaban a pastar para no perder tiempo.

Sin embargo una asociación consiguió que eso cambiara. Cuando las vacas fueron sacadas a pastar por primera vez su reacción fue increíble pues saltaron de alegría al sentirse libres aunque sea momentáneamente