Si existe una cultura popular extranjera con especial arraigo en nuestro país, esa es la japonesa. Más allá de los restaurantes nipones diseminados, la cultura juvenil del Oriente cuenta con adeptos en sus muchas manifestaciones. 'J-pop' o pop japonés, 'manga' o cómics, 'anime' o dibujos animados, son algunos de los productos más consumidos por los fans locales. Y en estas grandes propuestas culturales se esconden subgéneros que, aunque con un público minoritario, no dejan de revelar la naturaleza sui géneris de la idiosincrasia o la cosmovisión japonesa.

El 'manga', dijimos, es el cómic japonés que cuenta con diversas variantes. Entre ellas, una de las más curiosas es el denominado 'yaoi', un tipo de manga cuya temática son las relaciones románticas o sexuales entre dos varones, pero con un rasgo que puede resultar insólito: su público no es masculino como se podría esperar, sino femenino; es decir, mujeres que disfrutan con historias de amor entre chicos. ¿Cómo se explica esto que puede resultar desconcertante? Digamos que de varios modos.

Unión viril. Eunice Riva vive en Lima, tiene 28 años y afirma que más o menos desde los 14 se volvió consumidora de estas historias. Para explicar su afición, ella dice: "El 'yaoi' trata sobre relaciones sentimentales entre hombres, pero los hombres son representados de una manera muy estilizada, son chicos físicamente muy bonitos y esto los vuelve interesantes". Si uno mira la estética del dibujo del 'yaoi', verá en efecto que las formas se idealizan. No se trata, pues, de hombres que proyecten una imagen masculina al estilo 'tosco' occidental, sino de personajes suavizados en su naturaleza masculina y con rasgos andróginos.

Por otro lado, Claudia Prado es también cultora de este arte. Sobre su afición, ella dice: "El 'yaoi' es socialmente 'prohibido' y eso lo vuelve un placer culposo. A mí me llamó la atención el ver cómo dos chicos, en la ficción, pueden tener una relación muy bonita o muy intensa, algo que no sueles ver en las historias 'heteros' típicas en que la chica siempre sueña con su príncipe azul. Los conflictos surgidos por lo difícil y estigmatizada que es una relación gay, creo que vuelve al 'yaoi' más interesante".

Guárdalo en el clóset. Tanto Eunice Riva como Claudia Prado y María Claudia Prado forman parte de Katsu, el único grupo que reúne a fans del 'yaoi' en Lima y que además difunden el género a través de la publicación de una revista - Suggestion Fanzine- en la que crean y dibujan sus historias románticas, además de organizar eventos que pueden ir desde reuniones de fans hasta proyecciones de series animadas de 'yaoi'. De hecho, el año pasado tuvieron su primera proyección oficial realizada en el Centro Cultural de España. Para su sorpresa, la asistencia desbordó la capacidad del local por lo mismo que ellas sostienen: "Las fans son bastantes, pero la mayoría no sale del clóset y acepta que les gusta el género. La presión social puede ser fuerte".

A pesar de ser un subgénero del 'manga', tiene a su vez variantes menores. 'Shonen ai' se denomina al 'yaoi' en el que las relaciones entre los protagonistas no pasan de un beso o una fijación platónica, mientras que en el 'yaoi' propiamente dicho existen relaciones sexuales, aunque no se hagan explícitas en el dibujo. Por su parte, el 'shota' es un tipo de 'yaoi' en el que los protagonistas son púberes y es quizá la variante, paradójicamente, más fuerte, con encuentros explícitos que, dentro de la extraña sexualidad y fetiches venidos del Japón, se podrían entender. Diferencias culturales que le dicen.

Variante masculina. Al menos en Japón, la opinión general sostiene que el gusto de las mujeres por estas historias se basa en que no se muestra a los hombres al estilo machista, sino que se exhibe el lado sensible masculino.

Desde luego, en la enorme variedad de subgéneros del 'manga', existe también el bara. El bara es de temática gay pero dirigido hacia público masculino. A diferencia del 'yaoi', los personajes no son estilizados ni andróginos, sino rudos y clásicamente varoniles. Fotos: V. Vásquez

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