El análisis del comportamiento del suelo y las pruebas dejadas por anteriores sismos pueden contribuir a predecir a bajo coste la incidencia de terremotos en los países en desarrollo que carecen de sistemas de vigilancia sísmica, según un estudio divulgado hoy.
"Los registros de las rocas pueden ser utilizadas no solo para investigar la frecuencia de los eventos pasados, sino para proveer una importante percepción de cómo el suelo se comportará en ciertas áreas en choques sísmicos", dijo Hannah Hilbert-Wolf, jefe de la investigación de la Universidad James Cook.
Hilbert-Wolf utilizó técnicas innovadoras para analizar el suelo en Mbeya (Tanzania), donde se registraron potentes terremotos hace unos 25.000 años, según un comunicado de la universidad australiana.
Hilbert-Wolf dijo que su equipo encontró rastros de deformación masiva de los suelos, así como nuevas formas de licuefacción y fluidificación causadas por terremotos que se habían registrado previamente en Tanzania, que tendrá unos 130 millones de habitantes en 2050.
"Esto supone una gran preocupación para las poblaciones urbanas en crecimiento en el este de África que tiene características tectónicas similares y de las condiciones de las superficies", agregó la investigadora.
Las evidencias de fluidificación (la superficie que presenta arenas movedizas) y el ascenso de material sin precedentes en un entorno continental halladas en Mbeya plantearon interrogantes sobre la resistencia de las ciudades que crecen rápidamente en la región frente a un terremoto.
Las evidencias halladas en los estudios realizados mediante este método que no es muy costoso contribuyen a evaluar cómo se deformará la superficie en un terremoto moderno y a calcular cómo las estructuras pueden ser afectadas por eventos futuro.