La rana grande común en Chile es una especie única en el mundo, con un peso y tamaño que la convierten en la más grande de ese país, pero a pesar de su importancia, este anfibio está en grave peligro de extinción, según expertos.
“El mapa chileno de la extinción de especies”, que trata de mostrar la flora y fauna en peligro en Chile, es la prueba gráfica de la desoladora situación de esta rana, que habita entre Coquimbo y Puerto Montt.
Uno de los principales problemas de esta especie de 20 centímetros de longitud y un kilo de peso en estado adulto, cuyo linaje se remonta a más de cien millones de años, es que su hábitat coincide con las regiones más pobladas de Chile.
“El gran tamaño de la rana y el buen sabor de su carne la hacen especialmente vulnerable para el consumo humano”, señala en un documento la especialista Marcela Vidal, del Laboratorio de Genómica y Biodiversidad de la Universidad del Bío-Bío.
La demanda gastronómica crece durante la primavera y el verano, coincidiendo con la época de reproducción de la especie, en la que es más vulnerable.
“Los datos acumulados entre 1988 y 1998 muestran que el comercio internacional de carne de anfibio roza las 11 mil toneladas en todo el mundo”, indicó.
Cristian Romero, gerente de proyectos ambientales de la Consultora CSW, advierte que la rana grande común chilena “es vulnerable por la contaminación del agua y fragmentación del hábitat del anfibio.
El canto nupcial de este ejemplar, utilizado durante la primavera para su reproducción, entrega una importante información sobre la proximidad de la lluvia y el cambio estacional a los agricultores de la zona.
Forma parte de la cultura tradicional chilena, por el aprecio de los mapuches a estos anfibios, que son considerados por los indígenas espíritus dueños y protectores de las aguas y símbolos de buena suerte y fertilidad.
EFE