La Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) ha autorizado la utilización de una pastilla que permitirá a los pacientes monitorear el cumplimiento de los tratamientos médicos, a través de un microchip que puede ser ingerido.

La compañía Proteus Digital Health, diseñó un sensor del tamaño de un grano de arena que consiste en un chip de silicio con trazas de cobre y magnesio.

Al ser digerido, genera un pequeño voltaje que responde a los jugos digestivos, y se convierte en una señal que recoge un parche en la piel del paciente, transfiriendo la información a un teléfono móvil.

Actualmente sólo se aprobó el dispositivo basado en estudios mostrando su seguridad y eficacia cuando se instala en píldoras placebo, por lo que la empresa espera que se apruebe su invención con otros medicamentos, como aquellos que deben ser ingeridos durante años, tales como remedios contra la tuberculosis, la diabetes o enfermedades crónicas en ancianos.

George Savage, co-fundador y jefe del área médica de la empresa afirma que la idea es que “los doctores comprendan cómo sus pacientes responden a sus tratamientos. De esta forma, podrán prescribir diferentes dosis o cambiar el remedio si notan que no se ingieren de forma adecuada”.