Las calles de Bolivia entran en caos social tras la proclamación de la líder opositora de Evo Morales, Jeanine Áñez, como la nueva presidenta del país altiplánico.
Para asumir la presidencia, Áñez solo tuvo el visto bueno de una tercera parte del Parlamento, poder del Estado encargado de formalizar el traspaso.
Todas las autoridades que debían suceder a Morales se negaron y fueron renunciando a sus cargos. Pero el jefe del Ejército, Williams Kaliman, le puso la banda presidencial a Jeanine Áñez, que asumen el poder de manera interina y deja su cargo de segunda vicepresidenta del Senado.