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Con gritos de "independencia" y "libertad", unos 450.000 catalanes y sus autoridades, entre ellas el presidente Carles Puigdemont, se manifestaron en el centro de Barcelona contra las para restablecer el orden constitucional frente el desafío secesionista.

La protesta había sido convocada inicialmente, hace unos días, para reclamar la libertad de los líderes de dos entidades sociales independentistas de Cataluña: Jordi Cuixart y Jordi Sánchez.

Ambos se encuentra en prisión provisional incondicional por orden judicial como sospechosos de un delito de sedición por "promover", supuestamente, el asedio a la Guardia Civil en Barcelona cuando efectuaba un registro en una dependencia del Gobierno regional el 20 de septiembre pasado.

Sin embargo, el anuncio del gobierno de Mariano Rajoy de que pedirá al Senado -la cámara competente- el  en seis meses, realzaron el perfil de la protesta.

PUIGDEMONT SALE AL FRENTE 

El presidente de la región de Cataluña, Carles Puigdemont, señaló que el gobierno español "se sitúa fuera del Estado de derecho", y pedirá un pleno del Parlamento regional para que debata sobre las medidas con las que Madrid quiere intervenir la autonomía catalana.

"Pediré al Parlamento que fije la convocatoria de una sesión plenaria, donde los representantes de la soberanía ciudadana (...) debatamos y decidamos sobre el intento de liquidar nuestro autogobierno y nuestra democracia, y actuemos en consecuencia", dijo Puigdemont en un discurso, en respuesta a la batería de medidas anunciadas por el gobierno de Mariano Rajoy para detener el desafío secesionista catalán.

Dichas medidas deberán ser aprobadas en principio el 27 de octubre próximo en un pleno del Senado, donde el Partido Popular (PP) de Rajoy tiene la mayoría.

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