"Deberían haber previsto más cantidad, no damos abasto", comenta hoy un quiosquero parisino que no sale de su asombro al ver su negocio tomado por asalto desde la madrugada por clientes que le reclaman la edición histórica de Charlie Hebdo realizada por los sobreviviente del atentado que conmovió a todo el mundo.
En toda Francia se repite la misma escena: vendedores de diarios desbordados por la demanda, ante clientes decepcionados por no haber podido comprar el semanario.
En algunos casos, se llega a las manos para obtener este número excepcional, con Mahoma llorando en primera plana. Extraña revancha para un semanario cuyas ventas bajaban y cuyo fin proclamaron los autores del atentado proclamaron el fin al gritar "Hemos matado a Charlie Hebdo".
"No había visto algo así en toda mi vida. Sesenta personas que hacían cola antes ya de que abramos, a las seis de la mañana. Y no eran clientes habituales", cuenta Marie-Claire, gerente de un quiosco de la estación ferroviaria parisina de Saint-Lazare.
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Para responder a esa demanda masiva, el editor decidió este miércoles aumentar el tiraje, ya excepcional, de tres a cinco millones de ejemplares. La venta, prevista también en varios países extranjeros, se mantendrá en Francia durante ocho semanas.
LIBERTAD
Cabe señalar que hay quienes compran el semanario pese a que desaprueban su portada. "Soy musulmán practicante y creo que tiene que haber límites" a la libertad de expresión, dice Farez, mientras cubre con la mano la caricatura de Mahoma. "Pero lo compré", agrega.
Ejemplares de Charlie Hebdo son propuestos ya en internet a precios estratosféricos; hasta cerca de 900 euros, cuando su precio normal es tres euros.