El primer ministro chino Li Keqiang reiteró su compromiso con la lucha contra la persistente y crónica contaminación que afecta al país asiático, aunque no anunció ninguna medida ambiental concreta.
La población china está cada vez más irritada por el denso esmog que cubre las ciudades y dificulta la visibilidad y por la contaminación del agua y de los suelos con metales pesados y partículas tóxicas.
"La contaminación es una lacra para la calidad de vida de las personas", afirmó Li en la inauguración del Congreso General del Pueblo, la instancia parlamentaria del país, controlada por el Partido Comunista.
El primer ministro aseguró que el gobierno "va a combatirla con todos los medios".
Sus comentarios se producen después de que un documental online sobre el notorio esmog que cubre las ciudades lanzado el fin de semana se convirtiera en un fenómeno viral en Internet con 155 millones de descargas, con un mensaje que critica la acción del gobierno.
El mensaje de Li recuerda a las declaraciones hechas el año pasado cuando declaró la "guerra" contra la contaminación, aunque el asunto quedó relegado ante otras prioridades de la economía.
Según algunos estudios dos tercios de los suelos en China están contaminados, mientras que el 60% del agua subterránea no es potable.
China, como principal emisor de carbono, se enfrenta a presiones internacionales para reducir la contaminación y frenar el cambio climático.