Los barrancos de la superficie de Marte pudieron formarse por la acción de dióxido de carbono helado, en lugar de por corrientes de agua líquida, como se había pensado hasta ahora, según un estudio que publica hoy la revista Nature.
Científicos franceses y estadounidenses han desafiado la teoría del origen húmedo de esas formaciones geológicas, que se asemejan a antiguos cauces de ríos, a partir de simulaciones matemáticas que apuntan a que la sublimación estacional de hielo de CO2 (hielo seco) explica la aparición de esas grietas.
Marte es actualmente un mundo frío y desértico en el que todo el agua está confinada en estado sólido en los casquetes polares o bien bajo la superficie en las latitudes más bajas.
Los barrancos formados hace menos de un millón de años que revelaron las imágenes de la sonda Mars Global Surveyor a finales de los años noventa se habían interpretado, sin embargo, como una evidencia de que el agua líquida podría haber recorrido la superficie marciana en un pasado cercano.
La similitud con los cauces de la Tierra es el principal argumento a favor de las corrientes líquidas, si bien los científicos no han llegado a un acuerdo sobre cuál podría ser el origen de esos ríos marcianos.
En los últimos años, las diversas sondas que han documentado los cambios en la superficie del planeta rojo han revelado que los barrancos continúan avanzando, a pesar de que el clima actual es demasiado frío para que el agua se deslice por las laderas marcianas, lo que ha llevado a los científicos a elaborar hipótesis alternativas.
"El hielo seco de CO2 cubre los polos de Marte y las latitudes medias todos los inviernos", señala en Nature Colin Dundas, del Centro Científico de Astrogeología, en Estados Unidos.
"Existe una correlación entre la distribución de ese hielo seco y las regiones donde los barrancos son más prominentes. Además, la actividad de los barrancos parece ser estacional, con una marcada preferencia por el invierno y la primavera. Por ese motivo, el CO2 sólido podría ser el responsable de esas formaciones", argumenta Dundas.
El dióxido de carbono, principal componente de la atmósfera marciana, se condensa en cuanto la temperatura en la superficie baja hasta el punto de congelación.
Los rayos solares traspasan esa capa de hielo translúcida y el calor puede inducir la sublimación en su base, lo que eventualmente conduciría a que el hielo se rompa y se desplace, expulsando gas y polvo.
Las manchas oscuras transitorias que se observan en latitudes altas cada primavera marciana puede ser una prueba de ese proceso, según los científicos.
El trabajo publicado en Nature sostiene que esos ciclos estacionales han erosionado la superficie hasta formar los barrancos que se observan desde las sondas en órbita.