Bogotá. [AFP]. Al menos diez personas fueron asesinadas en dos nuevas matanzas al suroeste de Colombia, en medio de las peores arremetidas de grupos armados en el país desde que se firmó la paz con la exguerrilla FARC en 2016.
Hasta el domingo se había registrado una masacre de seis personas, incluido un menor de edad, en el departamento del Cauca. Al parecer un grupo armado disparó contra los asistentes a una pelea de gallos en un ataque que dejó también varios heridos aún sin calcular.
Este lunes autoridades locales informaron a la AFP sobre la matanza de cuatro jóvenes negros en el municipio de Mosquera, en el vecino departamento de Nariño. De acuerdo a la vocera, las víctimas pertenecían a un municipio cercano y los cadáveres fueron encontrados en un manglar.
La funcionaria de la alcaldía local citó un video que circuló en redes sociales donde se ve a los presuntos asesinos balear los cadáveres de los jóvenes desde un bote.
“Desafortunadamente, la oleada de violencia se sigue incrementando en nuestro departamento”, lamentó el secretario de Gobierno de Nariño, Francisco Cerón, en un video enviado a medios.
En ambos casos, la fuerza pública señaló a las disidencias de las FARC como presuntas responsables.
Según el observatorio independiente Indepaz, en lo que va del año se han registrado en Colombia 61 masacres -homicidios de al menos tres personas en un solo evento- en una escalada de violencia que se atizó en los últimos meses.
En los departamentos de Nariño y Cauca grupos armados se disputan el control de la minería ilegal, miles de hectáreas de narcocultivos y las rutas para sacar la droga por el Pacífico hacia Centroamérica y Estados Unidos.
Las disidencias de las FARC cuentan con unos 2.300 miembros en armas y operan sin mando unificado.
Aunque el histórico pacto de paz menguó la violencia política, Colombia vive un conflicto que en casi seis décadas ha dejado más de nueve millones de víctimas, en su mayoría desplazados.