Movilizaciones en todo el mundo y una cadena humana en París cerca de los lugares de los atentados del 13 de noviembre reclamaban el domingo un acuerdo contra el calentamiento global a los 195 países que participarán en las negociaciones de la ONU sobre el clima (COP21).
Miles de personas de todas las edades se tomaron de la mano a lo largo de dos kilómetros en el bulevar Voltaire, en el este de París, pero dejaron un espacio de cien metros delante de la sala de conciertos Bataclan, donde se produjo el más letal de los atentados yihadistas que dejaron 130 muertos.
La manifestación, bajo estricta vigilancia policial, se llevó a cabo pese a la prohibición de actos públicos en la región de París, en virtud del estado de emergencia que rige en toda Francia.
Para simbolizar la gran marcha suspendida, los activistas dejaron miles de pares de zapatos en la Place de la République, que pesaban cerca de cuatro toneladas, según los organizadores.
"¡Escuchen nuestras voces! ¡Acá estamos!", coreaban los participantes, la víspera de la inauguración oficial de la conferencia, a la que asistirán unos 150 mandatarios, entre ellos los presidentes de Estados Unidos, China, Rusia y Brasil.
"¡Por un clima de paz!", rezaban muchas pancartas cerca del Bataclan.
Las movilizaciones abarcan desde Australia, donde decenas de miles de personas salieron a las calles, hasta México, pasando por Asia, Europa y África.
El objetivo: exigir medidas que impidan transformaciones irreversibles, como grandes sequías o la elevación del nivel de los océanos, que según los estudios de referencia ocurrirán inevitablemente a lo largo de este siglo si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan a su nivel actual.
"Protejan nuestra casa común", pedía una pancarta en la marcha celebrada el sábado en la ciudad australiana de Melbourne.
LA CONFERENCIA MEDIAMBIENTAL CON MÁS MANDATARIOS
La COP21, para la que están acreditadas unas 40.000 personas de 195 países, arranca de hecho a las 17H00 locales (16H00 GMT) este mismo domingo, con una reunión de negociadores que fijarán los procedimientos de trabajo en torno a un texto complejo y largo, en el marco de la conferencia que durará hasta el 11 de diciembre.
Pero el momento estelar de esta cita en las afueras de París, en el centro de exposiciones de Le Bourget, es la inauguración a cargo de los jefes de Estado y de gobierno, el lunes, con el estadounidense Barack Obama, el ruso Vladimir Putin o la brasileña Dilma Rousseff.
Nunca hasta la fecha una cita medioambiental había congregado tantos mandatarios, señal del creciente grado de compromiso ante la urgencia del desafío.
Un total de 183 países han presentado compromisos de reducción de gases con efecto invernadero, algo sin precedentes, destacó el canciller francés Laurent Fabius, aunque faltan grandes productores de petróleo, como Venezuela.
La cita de París puede servir también para todo tipo de encuentros bilaterales en un mundo con sangrantes conflictos abiertos, empezando por la amenaza yihadista en Siria e Irak, que provocó esta semana un serio incidente entre dos teóricos aliados, Moscú y Ankara.
ACUERDO ENTRARÍA EN VIGOR EN 2020
Los científicos advierten que si el planeta sufre un aumento de su temperatura media de más de 2 ºC de aquí a 2100, respecto a los niveles de la era preindustrial, los efectos serán irreversibles.
Para no sobrepasar ese límite, para fijarse compromisos de reducción de emisiones de dióxido de carbono (CO2), para acabar con la dependencia de los combustibles fósiles y para fijarse controles y ayudas mutuas, los miembros de la COP (conferencia de las partes, en inglés) decidieron en 2011 que debían cerrar un acuerdo en 2015.
El acuerdo de París, de alcanzarse, entraría en vigor en 2020.
"Las condiciones para que [la COP21] sea un éxito están reunidas, pero no está ganado de antemano", advirtió Fabius el sábado. El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, también se dijo "optimista".