La extensión de COVID-19 a las áreas rurales de la India inquieta a los expertos.
Si el Gobierno indio defiende como un éxito el estricto confinamiento impuesto a finales de marzo, que forzó a la India a un súbito parón, voces críticas como el opositor Partido del Congreso han denunciado que contribuyó a un descomunal éxodo de las ciudades al campo.
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Según estimaciones del propio Gobierno, algo más de 10 millones de trabajadores migrantes procedentes del mundo rural emprendieron el camino de vuelta, desde las megalópolis indias a sus estados natales, al verse súbitamente sin trabajo ni dinero.
El estado occidental de Maharashtra, el más afectado por la pandemia, es un buen indicativo de cómo el coronavirus ha pasado de las megalópolis indias al campo, donde vive la gran mayoría de la población india y la infraestructura sanitaria es más deficiente.
Si a principios de junio más de la mitad de los nuevos casos del estado se concentraban en Bombay, el pasado miércoles las zonas rurales de Maharashtra acaparaban más del 80 % de las nuevas infecciones.
La India quedó este domingo a unos miles de casos de alcanzar los 6 millones de infecciones por coronavirus desde el inicio de la pandemia y se acerca a los números de Estados Unidos, que con unos 7,2 millones de casos es el país más afectado por la pandemia.
En total, este país de 1.300 millones de habitantes suma 5,9 millones de casos, aunque expertos y estudios de seroprevalencia alertan que las cifras reales podrían ser muy superiores a las reportadas oficialmente.
Según los últimos datos del Ministerio de Salud indio, el gigante asiático registró en las últimas 24 horas 88.600 nuevas infecciones de la COVID-19 y 1.124 fallecimientos, elevando el total de muertos a casi 95.000.
Mientras los casos de coronavirus en la India continúan creciendo, el país asiático decidió el sábado limitar el precio del oxígeno para uso médico ante las quejas de escasez y aumentos de precios.
La decisión llegó el mismo día en que el primer ministro indio, Narendra Modi, destacó el papel de la India en la manufactura farmacéutica y dijo que, como el mayor productor de vacunas del mundo, asegurará que esa capacidad se “usará para ayudar a toda la humanidad”.
La India trabaja ya en la última fase de ensayo con varias vacunas, entre ellas la de AstraZeneca con colaboración del Insituto Serum de la India, uno de los mayores fabricantes de vacunas del mundo.