Emily Robison fue una ciudadana estadounidense que no tomaba en serio la pandemia del coronavirus (COVID-19) hasta que murió en un hospital tres semanas después de haber alumbrado a su primera hija. Su esposo, Eric, lamentó haber seguido las falsas informaciones que circulaban en redes sociales sobre las vacunas.
“Desde que falleció ha sido un flujo constante de rabia, tristeza e incomprensión”, dijo el joven de 23 años durante una entrevista con CNN.
Tras conocer su situación, la comunidad donde vive Eric tuvo la idea de entregar donativos para amortiguar los gastos que demanda tener una recién nacida. Esto tras la iniciativa de Ashlee Schwartz, una enfermera del lugar que busca generar conciencia sobre la importancia de vacunarse.
La profesional también creó una campaña en GoFundMe (página de recaudación de fondos) para el tratamiento de la pequeña Carmen, quien se encuentra en la unidad de cuidados intensivos (UCI) batallando contra el COVID-19, luego de ser contagiada por su madre.
“Solo espero que si yo estuviera en los zapatos de Eric alguien hiciera lo mismo por mí. Simplemente te sientes llamado”, relató Schwartz.
El coronavirus, un enemigo muy peligroso
El esposo de Emily confesó haber restado importancia a la enfermedad, pese a que los noticieros informaban diariamente sobre el fallecimiento de miles de personas por culpa de la enfermedad.
“Había visto películas en las que ocurría esto y lo temía desde hace mucho tiempo, pero todavía no parece real. Algunos días estás bien con ellos, y estás bien durante una hora, diez minutos, cinco minutos y luego vuelves directamente a no entender, a preguntar y enfadarte”, expresó.
“O se vacunan lo más rápido posible o se lo toman en serio porque es súper mortal. Si yo y mi mujer lo hubiéramos tomado en serio, ella todavía estaría aquí”, agregó Eric, pidiendo a la comunidad más cautela con la información que aparece en internet.
Según reportes oficiales, en Estados Unidos se han contabilizado más de 736.000 muertes por COVID-19 desde que empezó la pandemia.