Hace tan solo una semana, en la capital rusa el número de los infectados no alcanzaba los 7.000. (Foto: Dimitar DILKOFF / AFP)
Hace tan solo una semana, en la capital rusa el número de los infectados no alcanzaba los 7.000. (Foto: Dimitar DILKOFF / AFP)

Rusia vive una nueva ola de coronavirus con el comienzo de la propagación de la variante ómicron que ha duplicado los contagios de COVID-19 en el país en menos de una semana y ha causado un aumento de las hospitalizaciones.

Hace tan solo una semana, el 15 de enero pasado, las autoridades sanitarias del país informaban de la detección de 27.179 nuevos casos de COVID-19.

Este sábado, el último recuento oficial habla ya de 57.212 positivos registrados, lo que supone un nuevo el máximo diario desde el comienzo de la pandemia en marzo de 2020.

En la pasada jornada se detectaron casi 11.000 casos más que en el día anterior, incremento que las autoridades rusas atribuyen a la propagación en el país de la variante ómicron, que aún no domina sobre la delta a la que corresponden más del 50 % de los contagios, según datos oficiales.

Se disparan los casos en Moscú y San Petersburgo

En Moscú, el principal foco de infección en Rusia, el número de contagios se disparó hasta 16.094, la cifra diaria más alta registrada en la capital rusa desde el estallido de la pandemia.

Hace tan solo una semana, en la capital rusa el número de los infectados no alcanzaba los 7.000.

En San Petersburgo, la segunda ciudad de Rusia, se detectaron 8.451 casos, también el máximo absoluto.

En ambas ciudades, las autoridades recomendaron a los ciudadanos limitar el uso del transporte público y prestar mayor atención al cumplimiento de otras medidas sanitarias.

El alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, reimplantó además el teletrabajo para el 30 % de las plantillas de las empresas capitalinas y recomendó a los empleadores aplicar esa medida al mayor número de trabajadores posible.

Además, las autoridades de la capital rusa han recomendado el régimen domiciliario para mayores de 60 años y personas con enfermedades crónicas hasta al menos el 1 de abril.

La institución bancaria más grande de Rusia, Sberbank, anunció que el 70 % de sus empleados trabajarán desde casa durante las próximas semanas para cumplir con las recomendaciones oficiales y el 30 % restante que atienden a los clientes en las oficinas del banco se someterán a pruebas PCR semanales para evitar la propagación del virus dentro de la empresa.

Las autoridades reducen sus contactos

El presidente ruso, Vladímir Putin, también ha reducido el número de eventos públicos grandes y trabaja en un régimen “mixto”, es decir de forma telemática y presencial en algunas reuniones.

Mientras, el Gobierno anunció la víspera que sus instituciones vuelven al teletrabajo, al igual que en marzo de 2020, en un intento de frenar el avance de la nueva ola de coronavirus.

Dentro de dos semanas, Putin tiene programado un viaje a Pekín para asistir a la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno en la capital china, una visita que sigue en la agenda del líder ruso, según su portavoz, a falta de ver cómo se desarrolla la situación epidémica en Rusia y el resto del mundo.

Aumentan las hospitalizaciones, pero bajan las muertes

El aumento de los casos de covid-19 también ha llevado a un incremento de las hospitalizaciones que, según los últimos datos, subieron un 8,4 % durante la última jornada.

En San Petersburgo, con cerca de 5 millones de habitantes, el número de los pacientes hospitalizados se acercó ayer a los 500, el máximo en toda la semana, según fuentes locales.

A la vez, pese al incremento de los contagios en los últimos días, se mantiene la tendencia a la baja de las muertes causadas por la enfermedad infecciosa -681 en la última jornada- que llegaron a superar el millar durante varios meses.

Según las autoridades, la variante delta aún es dominante en el país, donde la ómicron ya suma un 47,7 % de los casos.

No obstante, en Moscú y San Petersburgo, los casos de ómicron ya prevalecen sobre el resto de las variantes, según confirmó la viceprimera ministra Tatiana Gólikova.

En general, la ómicron se ha detectado en más de 60 de las 85 regiones rusas y las autoridades advierten de que el número de los contagiados pueden superar los 100.000 si se mantiene la actual tendencia alza.

Después de la capital y San Petersburgo, la nueva ola golpeará con fuerza a las regiones rusas, una situación para la que hay que prepararse con antelación, recomendó Gólikova.

Fuente: EFE

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