La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, afirmó hoy que el senador que la implicó en asuntos asociados a casos de corrupción en Petrobras "miente" y que eso será comprobado en las investigaciones que puede iniciar la Corte Suprema sobre el caso.
"Las denuncias son absolutamente falsas y mentirosas", declaró Rousseff a periodistas sobre esas acusaciones, que han llevado a la Fiscalía a pedir formalmente al Tribunal Supremo que investigue la presunta responsabilidad de la mandataria, que está al borde de ser sometida a un juicio con miras a su probable destitución.
"Tengo certeza de que esa investigación demostrará apenas que el senador otra vez mintió", sostuvo Dilma Rousseff en alusión a Delcidio Amaral, exjefe del oficialismo en el Senado, detenido por el caso Petrobras y quien ha acusado de la mandataria de intentar obstruir la acción de la justicia frente a esos escándalos.
Dilma Rousseff condenó también el hecho de que la información sobre el pedido de la Fiscalía al Supremo, antes de ser confirmado en forma oficial, fue conocida a través de la prensa.
"Lamento otra vez que haya ocurrido algo tan grave, como es la filtración de asuntos de los que tomé conocimiento por la prensa" y que "al parecer estaba bajo secreto judicial", declaró Dilma Rousseff.
En ese marco, adelantó que ha decidido pedirle a la Abogacía General del Estado que exija a la Corte Suprema que se investigue esa filtración, pues el asunto "es muy grave", porque "si luego se comprueba que no hay nada (en la denuncia), el daño ya está hecho".
Si el pleno del Senado acepta iniciar el juicio, lo cual deberá ocurrir la semana próxima, Dilma Rousseff será obligada a separarse de su cargo durante los 180 días que puede durar el proceso y su lugar será ocupado por el vicepresidente Michel Temer.
En caso que el proceso acabe con la destitución de Dilma Rousseff, el vicepresidente, enemistado desde hace meses con la mandataria, completará el mandato que vence del 1 de enero de 2019.