Greenpeace levantó este miércoles sendas estatuas de hielo de los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y de Brasil, Jair Bolsonaro, para que su deshielo frente a la sede de Naciones Unidas llamase la atención del mundo sobre la crisis ambiental y de pérdida de biodiversidad.
Con la protesta, la organización ecologista ha buscado destacar los “deliberados fracasos” de los dos gobernantes a la hora de actuar para proteger el medioambiente.
Activistas de Greenpeace colocaron las dos estatuas de hielo frente a la sede central de la ONU en Nueva York, coincidiendo con la Cumbre de la Biodiversidad albergada por la organización internacional.
“¿Dónde están Trump y Bolsonaro mientras el mundo arde? Tienen que despertar ante la descomposición ecológica y seguir a la ciencia”, señaló en un comunicado Arlo Hempill, de Greenpeace USA.
Hempill subrayó que los líderes deben “actuar inmediatamente para terminar con la deforestación, proteger al menos el 30 por ciento de los océanos y poner fin a las emisiones que están dañando el clima”.
Greenpeace recordó que Estados Unidos y Brasil son dos de los países con mayor biodiversidad del mundo, pero sus presidentes están “empujando activamente una agenda antimedioambiental”.
Bolsonaro intervino este miércoles por vídeo en la Cumbre de la Biodiversidad, con un combativo discurso en el que cargó contra sus críticos, que le acusan de estar permitiendo una enorme destrucción en la Amazonía.
“Rechazo firmemente la avaricia internacional hacia nuestra codiciada Amazonía. Y vamos a defenderla ante las acciones y narrativas que pueden ser perjudiciales para nuestros intereses nacionales”, señaló.
Bolsonaro subrayó que no se pueden aceptar las “informaciones falsas e irresponsables que sirven de pretexto para imponer reglas internacionales injustas, que no toman en consideración los importantes logros medioambientales que hemos logrado” en Brasil.
Trump, por su parte, evitó participar en la reunión, la primera cumbre de este tipo organizada por Naciones Unidas y que tiene como fin dar un impulso a la negociación de un gran acuerdo para proteger la biodiversidad durante la próxima década.
Fuente: EFE