Este domingo el gobierno de Irak anunció que expulsó al grupo yihadista Estado Islámico de la ciudad de Mosul, que se había convertido en uno de sus bastiones y el centro de una intenso enfrentamiento que duró cerca de tres años.
Con la pérdida de Mosul, el Estado Islámico sufre un fuerte golpe que se suma a otras grandes pérdidas ocurridas tanto en Irak como en Siribia y Libia.
En Irak, la primera ciudad perdida por el grupo yihadista fue Tikrit cuando en el 2015 las fuerzas iraquíes junto con milicias chiitas y la coalición internacional lograron ingresar y expulsar a los miembros del ISIS. Asimismo, en febrero del 2016, Ramadi, ubicada a 100 kilómetros de Bagdad, también fue recuperada junto con Faluya.
Al Qayyarah fue recuperada por el gobierno iraquí en agosto del 2016 y esta ciudad se convirtió en un punto estratégico para la coalición para lanzarse a la reconquista de Mosul, lo que ocurrió casi un año después.
Por otro lado, en Siria es dónde más regiones perdió el Estado Islámico, desde Kobane en enero de 2015, pasando por la ciudad de Palmira, que les fue arrebatada por el gobierno de Bachar al Asad con el apoyo de Rusia. Asimismo los rebeldes con el respaldo de Estados Unidos, lograron recuperar Manbij y Jarabalus en agosto del 2016.
Sin embargo, el golpe más fuerte en Siria fue la batalla de Raqa, dónde desde noviembre del 2016 se vienen realizando varios enfrentamientos. Si bien hasta el momento no han sido expulsados definitivamente, las fuerzas militares ya han logrado ingresar a la ciudad.
Por último, en Libia, en diciembre del 2016 el Estado Islámico fue expulsado de la ciudad Sirte, ciudad a la que había llegado en junio del 2015.