En el día después de la más grande tragedia que ha vivido Francia en su historia contemporánea, París amaneció de luto.
“Las calles están vacías, los negocios no han abierto, hay arreglos florales en la estación del tren y se ve a gente llorando por las calles. Hay mucha pena, mucho dolor, las personas no se miran a la cara y tienen miedo”, dice el periodista peruano Miguel Podestá, radicado en París, describiendo un poco el panorama luego de los múltiples ataques que se vivieron el último viernes y que dejaron 129 muertos.
“Ahora en las calles se ve más presencia del Ejército, hay más seguridad en las estaciones de tren, en las calles. Hay desconfianza en lo que pueda pasar más adelante”, detalla Podestá sobre el clima luctuoso que se vive en la Ciudad Luz.
CULPAN A HOLLANDE. Como nuestro compatriota, quien asegura que la comunidad peruana en París se encuentra en comunicación a través de un grupo de Facebook, otros turistas que llegaron a visitar la capital francesa cuentan: “Nadie puede sentirse protegido por este gobierno tan débil que deja que los potenciales terroristas sigan viviendo aquí sin problemas”, comentó un ciudadano español.
Por su parte, un grupo de franceses no dudaron en culpar al presidente Francois Hollande por lo sucedido el último viernes. “La culpa es de Hollande. Es culpa del Presidente. No debería haber intervenido en Siria”, cuestionan.
Recordemos que Francia es parte de la coalición internacional liderada por Estados Unidos contra el Estado Islámico en Siria e Iraq. Los ataques habrían sido solo el comienzo de una venganza.
De esa forma, algunos sobrevivientes de este baño de sangre se animaron a dar algunas declaraciones. “Escuché muchas balas, tal vez cien, y todo el mundo gritaba”, contó Mathieu, de 29 años.
Otro sobreviviente aseguró que una bomba estalló cerca de él y que estuvo a punto de caerle una esquirla en la cabeza, pero su celular lo salvó.
“Este es mi teléfono móvil, y me salvó la vida. De lo contrario, mi cabeza hubiera explotado’’, dijo el joven, identificado como Sylvestre.
CIFRAS OFICIALES. Según cifras preliminares de la Fiscalía de Francia, son 129 muertos y 350 heridos.
Las autoridades aseguraron que probablemente había tres equipos de terroristas encargados del derramamiento de sangre en la capita francesa.
Asimismo, señalaron que fueron siete los terroristas que han sido “neutralizados”.
Según las primeras indagaciones, los agresores del Bataclan (teatro donde murieron 89 personas) llegaron a bordo de un Peugeot negro; todos llevaban fusiles Kalashnikov y chalecos con explosivos con botón detonador.
De los terroristas muertos, los investigadores esperan que los restos de ADN o las huellas encontradas coincidan con un fichero de autores de infracciones. Uno de los identificados es un francés de nombre Romilly-sur-Seine.
Trascendió que las edades de los terroristas van de los 15 a los 18 años. Aunque esto, posteriormente, fue desmentido. Sí se confirmó que el responsable de la matanza en el teatro Le Bataclan tenía 30 años.
LOS CULPABLES. El Estado Islámico (EI) reivindicó en un comunicado los atentados del último viernes.
“Ocho hermanos con cinturones de explosivos y fusiles de asalto han atacado objetivos cuidadosamente elegidos de antemano en el corazón de la capital francesa”, señala el EI en un comunicado en árabe y francés.
“París ha temblado sobre sus pies”, se jactan, y aseguran que el “balance de víctimas alcanza los 200 muertos y todavía más heridos”.
“El elogio y el mérito pertenecen a Alá”, subraya el EI. El mensaje advierte “que Francia y los que siguen su camino continúan siendo los principales objetivos del Estado Islámico y seguirán oliendo el olor de la muerte por haber estado a la cabeza de la cruzada, haber osado insultar a nuestro profeta, haberse vanagloriado por combatir al islam en Francia y golpear a los musulmanes en tierras del califato con sus aviones, que no les han servido de nada en las calles malolientes de París”.
“Este es el principio de la tormenta y un aviso para los que quieran meditar y aprender las lecciones”, insiste el mensaje, que celebra el éxito de “un grupo de creyentes de los soldados del califato” contra “la capital de las abominaciones y la perversión que porta el estandarte de la cruz en Europa”. “Mientras sigan bombardeándonos, no vivirán en paz. Incluso sentirán miedo de ir al mercado”, agregaron, y amenazaron con atacar otras capitales, como Roma, Londres y Washington.
“Recuerden el 14 de noviembre de París. No olvidarán nunca este día, así como los americanos el 11 de setiembre”, es una de las amenazas del EI que se leyó en Twitter con el hashtag #ParísEnLlamas.
PROMETE VENGANZA. Por su parte, el primer ministro francés Manuel Valls prometió destruir al EI en Europa, Iraq y Siria.
Afirmó que los franceses están en guerra con los yihadistas y que la respuesta “será del mismo nivel que los ataques” de la noche del viernes en París. Anticipó que en los próximos días se prolongará el estado de emergencia.
“Quiero decir a los franceses que estamos en guerra, sí, estamos en guerra” y “vamos a actuar y a golpear a ese enemigo” yihadista “para destruirlo” en Francia, Europa, en Siria e Iraq, dijo Valls, agregando que la respuesta francesa será “del mismo nivel que el ataque”. “Responderemos golpe a golpe para destruir al EI y a ese ejército terrorista”, dijo.
FALSA ALARMA. De otro lado, ayer se dijo que hubo otro atentado en París, por lo que la Torre Eiffel tuvo que ser evacuada. Hubo amenaza de bomba, pero fue falsa alarma.
Ayer también se supo que entre los muertos hay tres chilenos, dos mexicanos y una estadounidense.
Un sobreviviente chileno se animó a contar su traumática experiencia. “Los terroristas llegaron y dispararon para todos lados y mataron gente. Fue como un terremoto, hubo explosiones y disparos”, dijo David Fritz Goettinger.
Mientras tanto, la seguridad en Francia se incrementó en sus fronteras y en sus principales sedes de gobierno.
Incluso en el Perú la Embajada de Francia reforzó su seguridad por el temor a posibles ataques. Lo mismo ocurrió en las embajadas franceses de otras partes del mundo. En París se vive aún con temor.