Estados Unidos: Aprueban ley que permite convertir a cadáveres humanos en abonos
Estados Unidos: Aprueban ley que permite convertir a cadáveres humanos en abonos

Ahora, los restos humanos pueden ser los cimientos de un jardín a las puertas de una casa, o pueden servir para alimentar las raíces de los árboles.

Pues en Washington, , Senado estatal aprobó el pasado 25 de abril una ley que permite que los restos humanos funcionen como composta para jardines y cultivos. Solo se espera la firma del gobernador, Jay Inslee, para un visto bueno final.

Lo que se busca con el compostaje es convertirlo en una alternativa al entierro o la cremación mediante un proceso que dura 30 días y por el cual el cadáver se convierte en un abono natural y seguro.

Al convertir los cadáveres humanos en abono y darle forma legal, se contribuye al medio ambiente después de la muerte, pues en muchos países está prohibido depositar restos humanos fuera de cementerios o sitios de entierro autorizados.

El antropólogo forense Daniel Wescott explicó que el cuerpo humano toma meses degradarse en la tierra, además de que depende de la calidad del suelo. En un ambiente seco, el cuerpo se puede momificar; mientras que en zonas más húmedas, el rostro se puede degradar en pocas semanas. Y que una buena cantidad de actividad de bacterias, ya hace que en un mes el cuerpo humano se degrade en la tierra.

Katrina Spade es una estadounidense que fundó una empresa llamada Recompose en Seattle, y ella explicó que puede convertir el cuerpo humano en abono en tan solo 30 días, al acelerar el proceso natural de descomposición agregando una mezcla de astillas de madera y otros ingredientes biodegradables, como los microbios y bacterias termofílicas en temperaturas cercanas a los 50 grados.

Con ello, hasta se realiza un proceso de desinfección de bacterias causantes de enfermedades por las altas temperaturas. Así se obtendrá un abono que se puede usar de manera segura.

Actualmente, más de la mitad de los cuerpos de fallecidos estadounidenses fueron cremados en 2016, mientras que los que son enterrados van dentro de ataúdes de madera y metal, lo que ralentiza su degradación.