Las políticas que consideran la migración como una causa de la delincuencia son un “retroceso vergonzoso” frente a los derechos de los pueblos, dijo el presidente de Bolivia, Evo Morales, en medio de una reunión con diplomáticos extranjeros.
El mandatario expresó su posición en un discurso para saludar a los diplomáticos y representantes de organismos internacionales, a propósito de la polémica sobre el anuncio del presidente de EE.UU, Donald Trump, de construir un muro en la frontera con México.
“Las políticas discriminatorias que condenan la migración y la consideran causante de la delincuencia, narcotráfico, trata, terrorismo y freno al derecho al desarrollo, son un retroceso vergonzoso frente a los derechos conquistados por la lucha de nuestros pueblos”, dijo el mandatario boliviano.
Asimismo, abogó por abrir caminos de integración y espacios de concertación para contrarrestar, según dijo, las políticas migratorias “que vienen desde el norte respaldadas por las élites del poder, dueñas del capital financiero”.
Según Morales, “los muros deberían construirse contra la injerencia, la desestabilización de gobiernos democráticos, la represión, la persecución, la instalación de bases militares, la usurpación de territorios y las guerras económicas” que impiden el desarrollo de los países.
El presidente boliviano reiteró su petición a México para “mirar hacia el sur”, buscar “un reencuentro con los países hermanos” y para recuperar “su compromiso social que en el pasado fue ejemplo para la izquierda latinoamericana”.
También exhortó a que los países latinoamericanos desarrollen su solidaridad y reconozcan al “sur” como su “nuevo norte”.
Concluyó su discurso con la petición a los países desarrollados de que ayuden a las naciones del sur a eliminar las desigualdades sociales y económicas, a superar la pobreza y a trabajar juntos por “la ciudadanía universal y la superación de las fronteras”.
En estos días, el Gobierno de Morales también ha polemizado sobre la decisión de Argentina de endurecer la política migratoria y ha decidido enviar a su nuevo canciller, Fernando Huanacuni, a ese país para verificar la situación de los inmigrantes bolivianos.
En Argentina, viven 1,2 millones de bolivianos, de los que unos 700.000 residen en la ciudad de Buenos Aires y la provincia del mismo nombre, según datos difundidos por Huanacuni.
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