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Un grupo de 200 hinchas de la barra brava del Quilmes de Argentina ingresó al estadio Centenario disparando y cargando un féretro con el cuerpo del hijo de un ex líder de la hinchada, quien había muerto un día atrás en un accidente de tránsito, para verlarlo y rendirle homenaje.

El hecho ocurrió cuando se disputaba la reserva entre el equipo cervecero y Unión de Santa Fe y el árbitro tuvo que interrumpir el partido, reanudándolo una vez que el cortejo abandonó el estadio.

"Dispararon un par de veces y un buen susto me llevé. Estaban detrás de la portería donde yo estaba", indicó en su cuenta de la red social ''twitter'' Joaquín Papaleo, arquero de Unión.

El entrenador del Unión, Horacio Humoller, dijo que el club local había anunciado que se iba a producir la entrada al estadio de los hinchas con el ataúd, lo cual, aparentemente, fue autorizado por los dirigentes, sin saber que irían a causar tal alboroto.

"Nos habían dicho que el asunto estaba estipulado para que ocurriera en el descanso. Por suerte no pasó nada en el campo de juego", comentó el preparador.

El hijo de José María Fernández, ex líder de la barra, del mismo nombre y de 15 años, murió en un accidente al chocar con la motocicleta en la que huía de la policía tras efectuar un robo.

El hecho, que tuvo un antecedente similar el año pasado en el mismo estadio, fue interpretado como una ''demostración de poder" del grupo violento.