Un alijo de casi 1,5 toneladas de opio fue decomisado por la Policía de Irán en la provincia suroriental de Kermán, tras un enfrentamiento armado con los traficantes en el que no se ha informado de víctimas, señaló hoy la agencia local Fars.
Según el general Husein Chenarian, jefe de Policía de Kerman, el alijo fue localizado en una camioneta en un control tras un aviso de que un grupo de traficantes tenía planeado transportar la droga a la provincia de Hormozgan, en la costa del golfo Pérsico.
La Policía iraní detuvo la camioneta cerca de la ciudad de Manuyan y, tras el enfrentamiento con los traficantes, los agentes se incautaron de un cargamento de 1.432 kilos de opio, extracto de la amapola blanca del que se derivan la morfina y la heroína.
Kermán, provincia cercana a las fronteras con Afganistán y Pakistán, es uno de los principales puntos de pasó de los opiáceos procedentes de esos países y vía de las drogas hacia el golfo Pérsico, Europa y las antiguas repúblicas soviéticas.
Irán es el segundo país del mundo, después de Afganistán, más perjudicado por la adicción al opio y la heroína, con 1,2 millones de personas afectadas, y el que mayor cantidad de opiáceos decomisa en el mundo, el 41 por ciento del total, según datos del Gobierno iraní y de la ONU.
Teherán ha solicitado reiteradamente ayuda internacional para combatir el tráfico de drogas procedentes de Afganistán, donde se producen el 92 por ciento de los opiáceos que no son de uso farmacéutico, según organismos de la ONU.
Las sentencias en Irán por tráfico de drogas son muy duras y es común que se imponga la pena de muerte a personas detenidas con cantidades relativamente pequeñas de estupefacientes.
El último informe hecho público por el relator de Derechos Humanos de la ONU para Irán, Ahmad Shahid, señalaba que las ejecuciones por tráfico de drogas fueron el 81 por ciento de las 670 comprobadas en 2011 en el país, el segundo del mundo en la aplicación de la pena de muerte después de China. EFE