Beirut. [EFE]. Los bomberos del Líbano continúan este viernes apagando los pequeños focos activos del gran incendio que se desató ayer en el puerto de Beirut, aunque el principal fuego en un almacén ha sido ya extinguido, informó el jefe de información de la Brigada de Bomberos de Beirut, Ali Najm.
“Hay todavía ascuas (...) debajo de los escombros en los que estamos trabajando para que no se origine otro fuego”, explicó Najm, que estimó que el trabajo proseguirá unas horas más.
Asimismo, confirmó que “el gran fuego está extinguido”, en alusión al originado ayer por causas aún desconocidas en un almacén en la zona libre de impuestos del puerto de Beirut que contenía aceite y neumáticos.
Indicó que hay 25 miembros de la unidad de Bomberos trabajando actualmente en el interior del puerto para extinguir las ascuas, “una tarea difícil”, dijo, porque tienen que levantar los escombros de los almacenes que quedaron destruidos por la gran explosión del pasado 4 de agosto en el puerto.
Aseveró, además, que uno de los bomberos resultó herido en un pie mientras levantaba los escombros y fue trasladado al hospital, aunque aclaró que su estado no es grave.
Dos fuegos se originaron este jueves en dos almacenes del puerto, según informó el Ejército libanés, y en uno de los almacenes había “miles de porciones de comida y 0,5 millones de litros de aceite” de ayuda humanitaria del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), tal y como dijo ayer el director regional del organismo, Fabrizio Carboni.
Hoy el primer ministro libanés designado, Mustafá Adib, afirmó en su cuenta de Twitter que el fuego de ayer en el puerto de Beirut “no puede ser justificado por nadie” y añadió que “la rendición de cuentas es un requisito para que estos eventos dolorosos no se vuelvan a repetir”.
Las autoridades libanesas anunciaron ayer una investigación “inmediata” de las causas del incendio, el segundo esta semana en el puerto y que se produjo poco más de un mes después de que otro fuego provocara la explosión de un cargamento de nitrato de amonio con brutales consecuencias.
Esa explosión el 4 de agosto causó una ola expansiva de enormes dimensiones y potencia que asoló barrios enteros de la ciudad y dejó 191 muertos y más de 6.500 heridos.