Portland. [AFP]. Las autoridades de Estados Unidos se preparaban este sábado para lamentar “un número considerable de muertos” en los incendios que azotan la costa oeste del país, mientras decenas de miles de personas eran evacuadas de sus hogares ante la rápida propagación de las llamas.
Decenas de incendios arrasan los estados de Washington, Oregon y California, desde la frontera de Canadá hasta la de México, alimentados durante días por la sequía crónica y los fuertes vientos.
Pero estas condiciones han dado un respiro. Los más de 20.000 bomberos que luchan contra las llamas tenían a su favor este fin de semana un clima más fresco y húmedo.
En lo que va de semana, el fuego se ha cobrado 16 vidas, una cifra que se antoja menor a la real ya que los equipos de rescate no pueden acceder a grandes áreas arrasadas por las llamas.
“Nos estamos haciendo a la idea de que hay un número considerable de muertos, según lo que sabemos sobre el número de edificios destruidos”, dijo el viernes Andrew Phelps, director de servicios de gestión de emergencias de Oregon.
Los incendios han calcinado más de 400.000 hectáreas en este estado, donde los equipos de rescate contabilizaron tres muertes y no se tienen noticias de decenas de personas.
El fuego amenaza zonas de Oregon en las que residen 500.000 habitantes, y hasta el viernes al mediodía solo se habían podido evacuar 40.000 personas, precisó la gobernadora, Kate Brown.
“Contamos con aire más fresco y humedad en los próximos días, lo que es realmente una buena noticia”, agregó.
“Como una película”
Dependiendo del grado de peligro, las instrucciones de evacuación van desde la preparación de artículos y documentos esenciales hasta la salida inmediata.
“Es como en una película, no esperas que suceda, pero cuando sucede, da miedo”, dijo Carrie Clarke, una evacuada de la ciudad de Molalla, cerca de Portland.
“Me gustaría que los incendios de 2020 fueran solo una anomalía, episodios únicos. Desafortunadamente, son solo precursores del futuro”, lamentó el gobernador del estado.
Brown informó que en tan solo tres días, las llamas habían consumido 360.000 hectáreas, el doble de la vegetación que arde en promedio en un año completo. “Estamos viendo los efectos devastadores del cambio climático en Oregon, en la costa oeste y en todo el mundo”, insistió.
“Maldita emergencia climática”
“Prevemos que el número (de muertos) aumente a medida que regresemos a áreas devastadas por las llamas”, advirtió también el gobernador de California, Gavin Newsom, mientras visitaba los restos humeantes de un bosque calcinado en el norte del estado.
La Casa Blanca anunció el sábado que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en plena campaña para las presidenciales del 3 noviembre, visitará California para supervisar los trabajos de extinción.
Al menos 10 personas han muerto esta semana por el fuego en el condado de Butte, en California, donde en noviembre de 2018 los incendios dejaron 86 muertos y arrasaron la ciudad de Paradise.
Otras dos personas murieron en otro incendio que arrasó durante días un área aislada cerca de Oregon, dijo una portavoz del departamento de bomberos de California.
“Es una maldita emergencia climática, es real y está sucediendo ahora mismo”, insistió el gobernador de California, donde el fuego ha batido el récord anual de superficie calcinada con más de 1,2 millones de hectáreas.
En el noroeste del estado, el August Complex Fire, un conjunto de 37 incendios que desde el 17 de agosto afecta el bosque de Mendocino, se convirtió oficialmente en el mayor de la historia en este estado con más de 300.000 hectáreas arrasadas.
En el estado de Washington, más de 250.000 hectáreas han ardido en cinco días, informó el gobernador, Jay Inslee, la segunda área más grande quemada en una temporada en este estado.
La temporada de incendios, que con frecuencia se prolonga hasta noviembre, aún está lejos de terminar.
Los incendios también generaron cortinas espesas de humo que llegaron a Portland, San Francisco y Seattle, lo que provocó que estas tres ciudades estuvieran el viernes entre las más contaminadas del mundo, según la clasificación de la empresa IQAir.