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 y Turquía anunciaron el lunes el cierre temporal de sus embajadas en , preocupados como los países que les precedieron, por la seguridad de sus diplomáticos después de que milicianos hutíes se hicieran con el control de las instancias gubernamentales en Saná.

Los ministerios de Relaciones Exteriores japonés y turco coincidieron en explicar estos cierres por el "deterioro de la seguridad", en sendos comunicados publicados en  y Estambul, respectivamente.

El personal diplomático nipón abandonó el domingo la delegación yemení y se trasladó a Catar, desde donde podrá seguir efectuando algunas tareas, precisó el comunicado japonés.

Tokio instó por otra parte al resto de ciudadanos japoneses a marcharse de Yemen.

"Esperamos que la autoridad del estado sea restablecida en Yemen para poder retomar nuestros servicios diplomáticos en ese país amigo", señaló por su parte la cancillería turca.

Antes de Japón y Turquía, Alemania, Arabia Saudí, España, Estados Unidos, Francia, Holanda, Italia y Reino Unidos decidieron cerrar sus embajadas.

La semana pasada, el secretario general de la , alertó sobre un "hundimiento" de Yemen, donde  se apoderó de importantes cantidades de armas en una parte del país que escapa al control de la milicia chiita de los hutíes que tomaron el control en Saná.