Si hace más de 50 años se libró una batalla en la carrera espacial entre la entonces Unión Soviética y Estados Unidos -que para muchos ganaron los estadounidenses con la llegada de Neil Armstrong a la Luna en 1969-, ahora también existe un enfrentamiento, pero sin las connotaciones políticas de antaño.
El turismo espacial tuvo una explosión en el 2021 y se ha convertido en un lucrativo negocio con vuelos privados que han llegado al espacio impulsados por excéntricos y egocéntricos multimillonarios que han encontrado un negocio perfecto e inmaculado, que a continuación detallamos.
Virgin Galactic
El inglés Richard Branson, fundador de Virgin Group, ha sido uno de los primeros multimillonarios en volar al espacio a bordo de un cohete de la compañía que fundó, en julio del 2021.
Y pese a que la nave ha quedado en tierra desde entonces debido a un “percance” (desviación de su trayectoria planificada), Virgin Galactic anunció que vendió desde agosto un centenar de billetes para viajar al espacio por 450.000 dólares cada uno.
La empresa tiene como objetivo vender 1.000 pasajes antes del lanzamiento del primer vuelo comercial previsto para finales de 2022.
Asimismo, Virgin Galactic afirma que todavía tiene casi 1.000 millones de dólares en efectivo para financiar sus operaciones hasta que sea rentable.
Blue Origin
Jeff Bezos, fundador de Amazon, llegó al espacio con la nave de Blue Origin (unos días después del viaje del también millonario Richard Branson), con otros tres tripulantes manteniéndose unos minutos por encima de la denominada Línea de Karman, el límite reconocido internacionalmente entre la atmósfera y el espacio.
En el cohete New Shepard, además de Bezos, estuvo su hermano Mark, la aviadora pionera Wally Funk, de 82 años, y el primer cliente de pago de Blue Origin, el holandés Oliver Daemen, de 18 años, quien pagó por ese asiento 28 millones de dólares.
En octubre, Blue Origin lanzó al espacio una nueva nave, esta vez con el reconocido actor William Shatner (90), quien interpretó al capitán Kirk de la serie Star Trek.
Lo acompañaron el ejecutivo de Blue Origin, Audrey Powers, el confundador de Planet Labs, el australiano Chris Boshuizen, y Glen de Vries de la plataforma de investigación sanitaria Medidata Solutions.
En diciembre, un cohete de Blue Origin culminó con éxito su tercer vuelo tripulado que llevó al espacio a seis pasajeros, incluida Laura Shepard Churchley, la hija del primer estadounidense que cruzó, en 1961, la última frontera.
SpaceX
En setiembre, la empresa SpaceX, fundada por Elon Musk, lanzó una misión de turismo espacial de tres días en la que por primera vez la tripulación estaba exclusivamente formada por civiles.
La misión, bautizada como Inspiration4, estuvo organizada y financiada por el multimillonario estadounidense Jared Isaacman, y otros tres invitados a quienes seleccionó de forma peculiar: Hayley Arceneaux(29) enfermera que sobrevivió a un cáncer infantil, Chris Sembroski (42) veterano de la Fuerza Aérea de Estados Unidos y la profesora de geología Sian Proctor, finalista en el proceso de formación de astronautas de la NASA hace más de una década.
“Misiones como Inspiration4 ayudan a avanzar en los vuelos espaciales para permitir que todos puedan ir en órbita y más allá”, dijo Musk en su cuenta de Twitter.
SpaceX prevé otros vuelos de turismo espacial, incluyendo uno a partir de enero de 2022, que debe transportar a tres empresarios a la ISS.
Roscosmos y Space Adventures
El multimillonario japonés Yusaku Maezawa, de 46 años, llegó en diciembre a la Estación Espacial Internacional (ISS) en un vuelo de seis horas en una nave Soyuz, misión que marcó el regreso de la agencia espacial rusa al turismo orbital tras años de dificultades.
El multimillonario nipón estuvo acompañado de su asistente, Yozo Hirano, y el cosmonauta profesional Alexander Missurkin.
“No vamos a dejarle este nicho (del turismo orbital) a los estadounidenses. Estamos dispuestos a luchar”, afirmó el director de Roscosmos, Dmitri Rogozin.
La misión con los dos japoneses está organizada por Roscosmos y su socio estadounidense Space Adventures. Entre 2001 y 2009, estas dos empresas ya habían enviado en ocho ocasiones a ricos empresarios al espacio.
En octubre, un cohete Soyuz despegó con la actriz Yulia Peresild y el cineasta Klim Shipenko, encargados de filmar la primera película de la historia en el espacio, según imágenes retransmitidas en directo por la agencia espacial rusa Roscosmos.
Batalla por la Luna
En diciembre de 1972, Eugene Cernan fue el último hombre en abandonar la Luna y, luego de 49 años, el gobierno de Estados Unidos ya tiene planeado retornar con una tripulación.
La NASA ha optado por apostar por el megacohete Starship, de la empresa SpaceX, para convertirse en el módulo de aterrizaje utilizado como parte de su programa Artemis de regreso a la Luna.
La nave espacial tendrá que colocarse en órbita alrededor de la Luna y embarcar a los astronautas para llevarlos y recogerlos de la superficie lunar, no antes de 2025. En el programa Artemis se incluirá a la primera mujer y la primera persona negra en pisar la superficie del satélite natural de la Tierra.
Sin embargo, esta vez la batalla por la Luna ya no es con la Unión Soviética, sino con China, la segunda economía más grande del mundo.
China ha invertido miles de millones de dólares en su programa espacial dirigido por militares, con la esperanza de tener una estación espacial con tripulación permanente para 2022. Ya ha enviado rovers a la Luna, incluso a la cara oculta, y apunta a una primera misión lunar tripulada para 2029.
“Nos enfrentamos a un programa espacial chino muy agresivo y bueno”, dijo el jefe de la NASA, Bill Nelson.
“Es la posición de la NASA, y creo que del gobierno de los Estados Unidos, que queremos estar allí primero en la Luna después de medio siglo”, finalizó.
Con información de AFP