La conversación: ¿Prevalecerá la democracia?
La conversación: ¿Prevalecerá la democracia?

¿Está funcionando el sistema de gobierno democrático? ¿Qué retos han surgido en el último año que las democracias están teniendo problemas para manejar? El Foro de Democracia de Atenas es convocado cada año por el International New York Times, con apoyo de Naciones Unidas y la Ciudad de Atenas, para examinar el estado de la democracia liberal en todo el mundo.

Este año, la ola de refugiados sirios y de otras partes que llegan a Europa, el ritmo de los ataques terroristas y el angustioso debate sobre la deuda de Grecia tienen urgencia especial en las discusiones. A continuación, presentamos extractos abreviados y editados de tres de los paneles de discusión.

Los moderadores:

• Serge Schmemann, miembro del consejo editorial del Times

• Liz Alderman, encargada de la corresponsalía de negocios en Europa para el Times

• Steven Erlanger, director del buró del Times en Londres

Los participantes:

• Paula Dobriansky, ex subsecretaria de Estado para democracia y asuntos globales

• Eric X. Li, capitalista de riesgo y politólogo de Shanghái.

• Benny Tai, profesor adjunto de derecho en la Universidad de Hong Kong y cofundador del movimiento Ocupa Central con Amor y Paz.

• Paul Krugman, ganador del Premio Nobel y columnista del Times

• Alan Rousso, director administrativo de relaciones externas y sociedades del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo

• Sir Richard Dearlove, ex director del Servicio Secreto de Inteligencia Británica y presidente del consejo administrador de la Universidad de Londres.

• Ed Husain, asesor sénior y director de estrategia de la Fundación Tony Blair Faith

• Kishore Mahbubani, decano de la Escuela de Políticas Públicas Lee Kuan Yew de la Universidad Nacional de Singapur.

¿ES UNIVERSAL LA DEMOCRACIA LIBERAL?

Serge Schmemann:

La democracia liberal está siendo desafiada. En buena parte del mundo, las democracias de Estados Unidos y Europa ya no son percibidas como “una brillante ciudad asentada en un monte”. Los rusos y China argumentan a favor de una versión autoritaria que consideran más idónea para sus culturas; extremistas islámicos libran una campaña asesina para alcanzar un nuevo califato. ¿Podemos seguir sosteniendo que la democracia liberal que conocemos en Occidente es universal?

Eric X. Li:

Soy un capitalista de riesgo y, como tal, cada vez que analizo una situación veo el historial. Esto es lo que veo:

Estamos en Atenas, y hasta la democracia establecida aquí tuvo una historia muy breve. Sobrevivió posiblemente durante 200 años. Después, durante un par de miles de años no hubo democracia, y pese a ello en ese periodo creamos maravillosas civilizaciones, excelente música, arte y cultura.

Con la Ilustración regresaron las ideas democráticas. Pero la versión que las democracias occidentales están vendiendo al resto del mundo de todas formas ha tenido una historia extraordinariamente corta.

Tras la Guerra Fría, un gran número de países convirtió sus sistemas políticos a democracias electorales. A la mayoría le ha ido mal, especialmente en el mundo en desarrollo. Siguen empantanados en desorden civil, guerra y pobreza.

En China tenemos un sistema diferente. En el periodo inicial hubo muchos problemas, muchos desastres. Pero, durante los últimos 30 o 40 años, no le ha ido tan mal. China, bajo el Estado unipartidista, ha sacado de la pobreza a 650 millones de personas.

Benny Tai:

En Hong Kong no nos han “vendido” la democracia. Es una necesidad. La gente necesita comida, necesita que sus necesidades materiales sean satisfechas, y después necesita tener una sensación de seguridad. Y una vez que la gente ha cubierto esas necesidades, quiere libertades, y después quiere sentir seguridad de que sus libertades serán protegidas; quieren derechos. Así que empezamos a preocuparnos por los derechos de los demás y por ponerle límites al gobierno. Una forma de hacerlo es seleccionando a nuestros líderes.

La democracia es un proceso en evolución; no solo en el sistema, sino también en la conciencia de la gente. No estoy diciendo que de la noche a la mañana debamos tener el tipo de sistemas electorales que tiene Occidente.

Paula Dobriansky:

La democracia no está en retirada. Eric mencionó diversos países y áreas que, según dijo, estaban siendo desafiadas económicamente. Posiblemente haya retos económicos, pero los derechos políticos se han mantenido. Y los países siguen avanzando hacia la democracia.

Myanmar ha decidido celebrar elecciones. No hace mucho visité Myanmar, y noté bastante cambio respecto de la posición económica que tenía antes. En Ucrania, la gente se manifestó porque quería la opción de unirse a Europa, y también rechazaba la corrupción.

La democracia no es un proceso lineal. Hay cambios constantes, altibajos.

Li:

Hagamos una apuesta. ¿Apostamos a que en 10 años la gente de Ucrania y de Myanmar estará viviendo en prosperidad económica, sin corrupción? Apostaría en contra.

Dobriansky:

Si se les da la oportunidad y si no se les amenaza u obstaculiza, apuesto a que la gente de Ucrania y de Myanmar avanzará económicamente y ganará nuevos derechos políticos.

Schmemann:

Permítame volver a lo que decía, Eric. Mencionó que como capitalista de riesgo, busca sistemas que funcionen. Hasta donde sé, en Estados Unidos hay muchos capitalistas de riesgo muy exitosos que ciertamente no se sienten obstaculizados por el sistema, y que lo apoyan.

También, en lo que respecta a las apuestas, apuesto a que en 10 años en China habrá muchas, muchas personas que compartan el sentir de la gente de Ocupa Central de Hong Kong.

Li:

Bueno, es posible. Pero pienso que dependerá de cómo le vaya a las democracias en los próximos 10 años. Respeto la democracia. Los problemas de la democracia vienen de la noción de que es universal y permanente y que es lo mejor que tenemos.

Los chinos están y deben estar abiertos a alternativas; no pienso que deban cerrar la puerta a la democracia. Sin embargo, no creo que deban hacer lo que muchos occidentales están haciendo, que es rechazar cualquier alternativa.

Tai:

Coincido, coincido.

Dobriansky:

Nadie está imponiendo la democracia, y nadie debería hacerlo. No se puede tomar el modelo de democracia existente en Estados Unidos, por ejemplo, y trasplantarlo a otro país. Los modelos son distintos. Pero está claro qué constituye una democracia y un proceso democrático y qué no.

La democracia no es solo una o dos elecciones; tiene que ver con instituciones, libertad de prensa, libertad de religión, mecanismos de control. Tiene que ver con el Estado de derecho, la protección universal de los derechos humanos. Esos conceptos pueden expresarse en varias formas en distintas sociedades.

¿ES LA DESIGUALDAD “EL RETO DE NUESTRO TIEMPO”?

Liz Alderman:

Si alguien tiene más dinero, ¿tiene más libertad de expresión? ¿Qué significa para la democracia que los ricos tengan más influencia que la mayoría de la gente? ¿Qué puede hacerse al respecto?

Paul Krugman:

Cuando la crisis financiera golpeó, mucha gente esperaba una repetición del New Deal, donde como respuesta al fracaso del capitalismo desregulado se volvería a recurrir a las instituciones para promover la clase media; un alejamiento de la adoración al mercado y un avance hacia mayor igualdad.

Por mucho, no ha resultado así. En Europa, la clase media ha sido “desempoderada”, no empoderada. El miedo a otra crisis económica y la ansiedad por la deuda han sido utilizados como martillos para aplastar las instituciones que, en el pasado, dieron cierta protección contra la desigualdad extrema.

Ha sido un proceso enormemente antidemocrático. La política europea está determinada por tecnócratas que no tienen idea de qué hacer, a no ser aplastar el poder de los trabajadores.

Alan Rousso:

A partir de estudios sabemos que es muy raro, si no es que inaudito, que los países cambien de curso y se vuelvan “no-democracias” una vez que alcanzan cierto nivel de desarrollo económico.

Entonces, cuando hablamos de que la democracia está en crisis, no veo que las democracias establecidas de los países desarrollados se estén volviendo “no-democracias”. Realmente no veo que los países en transición del sureste de Europa, Europa Oriental y los estados del Báltico repentinamente echen por la borda la democracia.

La democracia tiene retos. No siempre funciona perfectamente. Pudiera significar que suban y caigan partidos. Pudiera significar que haya gente en las calles. Pero, siguen prefiriendo una forma democrática de resolver problemas.

Krugman:

Sí, la probabilidad de ver que una nación democrática de importancia se declare “no-democracia” es muy baja. La probabilidad de que en la práctica cese de ser una democracia es muy distinta; una situación donde una oligarquía bastante reducida define los parámetros de la discusión aceptable, las políticas que están sobre la mesa, lo que se considera respetable y responsable. Europa se ha convertido en una sociedad de países con forma democrática, pero que cada vez son menos democráticos en términos de cómo se manejan realmente.

Hay cierta evidencia en el sentido de que con los niveles actuales de desigualdad, una reducción de la desigualdad es, de hecho, favorable para el crecimiento. Sin embargo, el punto más importante es que no hay ni una pizca de evidencia de que afecte el crecimiento. Reducir la desigualdad es algo que podemos hacer, y no hay ningún motivo para creer que afectará la economía o desalentará a los creadores de puestos de trabajo.

¿SON LAS DEMOCRACIAS OCCIDENTALES ENEMIGAS MORTALES DE LOS EXTREMISTAS ISLÁMICOS?

Steven Erlanger:

Me acababa de mudar a Berlín cuando ocurrieron los ataques del 11 de septiembre en Nueva York. La mayoría de los conspiradores era de Hamburgo, así que pasé gran parte del siguiente año persiguiendo a Mohamed Atta. Atta había sido estudiante de diseño urbano y su tesis fue sobre Alepo, Siria. En parte, lo que lo radicalizó fue el hecho de que Alepo estuviera siendo destruida, según creía, por el desarrollo moderno. Actualmente, Atta está muerto y Alepo ha sido destruida por el extremismo islámico. Siria también ha sido destruida. Eso me hace sentir que el extremismo islámico no es la cosa simple que creemos.

Ed Husain:

Creo que un filósofo italiano dijo que el discurso de la mayoría desorganizada es controlado por una minoría organizada. Eso es exactamente lo que estamos viendo en acción en todo Oriente Medio: tenemos una minoría muy organizada de yihadistas que domina la agenda musulmana global.

¿Cuál es su posición con respecto a la democracia? Que la soberanía popular viola la soberanía de Dios. La shariah, o ley islámica, debe ser soberana, y hay que oponerse a cualquier cosa que la viole.

Y luego están los islamistas, como la Hermandad Musulmana, cuyo juego es usar la democracia para llegar al poder. Pero no tienen cultura democrática, el Estado de derecho, como lo vimos en Egipto con Mohamed Morsi.

Y están los regímenes políticos árabes, ya sea dictaduras o monarquías, que hablan de democracia pero que toman todas las medidas posibles para contenerla, controlarla y mantenerla a raya para todo tipo de cálculos a corto plazo, apoyados por la mayoría de nuestros gobiernos en Occidente.

Kishore Mahbubani:

Estamos entrando a una nueva era de la historia mundial, distinta a la que hemos tenido en los últimos 200 años, marcada por dos factores: el final de la era del dominio occidental en la historia mundial y un mundo que se está volviendo cada vez más chico. Vivimos lado a lado, codo a codo con los demás.

La confluencia de estos dos factores está agravando las relaciones entre el mundo Occidental y el mundo islámico. Mucha gente de Occidente quiere decir que el problema está allá, y no considera la posibilidad de que Occidente pueda ser igualmente responsable del problema.

La democracia islámica más grande del mundo está en Indonesia, y es una democracia exitosa. Se están modernizando y teniendo éxito. Pero contienen también las semillas de odio que han llevado a la creación de ISIS.

Ven el número de bombas y drones que han matado musulmanes en los últimos 10 o 15 años. Ven diariamente que las vidas musulmanas se han vuelto intrascendentes. Por lo que no sorprende que 25,000 jóvenes, muchos de los cuales desconocen totalmente el mundo árabe, vayan a pelear por ISIS.

Si cortamos ISIS sin haber abordado el problema subyacente, vendrá otro ISIS.

Husain:

Esto ha estado entre nosotros desde principios de la década de 1990, cuando teníamos otro conflicto enorme en Europa: el conflicto de Bosnia donde musulmanes blancos, rubios de ojos azules fueron asesinados en medio de Europa entre 1991 y 1995 por ser eso, musulmanes.

En nuestras universidades de Gran Bretaña teníamos jóvenes activistas a los que se les había dado refugio político (Omar Bakri Muhammad, Abu Qatada y otros) y que radicalizaron a toda una generación de jóvenes musulmanes como yo, nacido y criado en el Reino Unido. Su argumento era atractivo: si podía asesinarse a musulmanes jóvenes blancos, rubios, de ojos azules que estaban integrados al tejido de Europa, que comían cerdo y bebían alcohol, ¿entonces qué le esperaba a la gente como yo? ¿Qué futuro tenía mi generación?

En el transcurso de 20 años hemos tenido la encarnación e incrustación de esta ideología extremista del yihadismo, salafismo, islamismo o como quiera llamarle (distinta a la ideología del islam) en jóvenes musulmanes nacidos y criados en Occidente que sienten que no pertenecen.

La yihad es atractiva. Jóvenes musulmanes (no todos musulmanes; probablemente 1 por ciento o por ahí) han crecido en los últimos 20 años creyendo en una utopía, en la promesa de que veremos un califato en nuestro tiempo.

Y hay un elemento de vida después de la muerte: una lectura literal de la escritura que dice que nos estamos dirigiendo al final de los tiempos.

ISIS ha capitalizado estos sentimientos: que estamos en el final de los tiempos, y que ahora depende de sus seguidores migrar a una tierra de la shariah, a un califato protegido por Dios. Y si alguien muere en el proceso, recibirá premios celestiales.

Lo que ISIS ofrece a estos jóvenes es un sentimiento de dignidad, de desafiar toda probabilidad en contra planteada por el mundo moderno.

Sir Richard Dearlove:

Pienso que tenemos que ser cautos con respecto a hacer cambios legales para manejar el problema. Esto tiene que hacerse con precisión, cuidadosamente, y no en estado de pánico.

El pánico se traduce en leyes malas; solo basta analizar las muchas medidas presentadas en 2004. Afortunadamente, muchas de ellas tenían cláusulas de expiración, para que pudieran revisarse. No creo que debamos transitar de nuevo el mismo camino.

No hemos mencionado la migración, que posiblemente sea la cuestión más potente, políticamente, en Europa. Pero si vamos a solucionar los problemas detrás de los problemas (un enfoque estratégico para la completa desestabilización del Estado en Libia y Siria, y esto nos lleva a la cuestión fundamental), tenemos que empezar a poner esto a la cabeza de nuestras prioridades.

Mahbubani:

Cuando era joven, cuando estudiaba en la Universidad de Singapur y cuando fui a Malasia, a la Universidad de Malaya, había muchísimas musulmanas jóvenes. ¿Adivinen qué usaban? Minifaldas.

Actualmente voy al mismo campus, y 100 por ciento de las mujeres usa el hiyab. ¿Por qué? Por la tecnología. Ha achicado el mundo.

De hecho empezó en la década de 1980, cuando Occidente financió a los yihadistas para que lucharan en Afganistán. Y luego que ganaran la guerra en Afganistán, se retiraron, y dejaron atrás a Osama bin Laden con todas las armas. Después vino la invasión a Irak; el Ejército fue destruido, el partido Baath fue destruido, y dejaron un vacío político.

Para evitar la recurrencia, por favor regresen y entiendan qué salió mal para garantizar que no repitamos el error.

Dearlove:

Me preocupa un poco el regreso del argumento de que todo es culpa de Occidente. Lo que me alarma ahora es el fracaso de los poderes establecidos en Oriente Medio para abordar sus propios problemas. Por ejemplo, Turquía pudo haber resuelto el problema de ISIS muy rápido de haber querido. Los egipcios tienen fuerzas armadas muy poderosas. ¿Están desplegadas? No.

Originalmente empecé mi vida como historiador, y la destrucción de patrimonio cultural por movimientos religiosos tiene una vieja historia. El motor, normalmente, es teológico y político; afirmar la identidad de un movimiento particular. Como movimiento mesiánico, ISIS en gran parte está actuando típicamente.

Todos deseamos evitarlo, porque nuestra sociedad valora mucho el patrimonio cultural. Y, por supuesto, precisamente porque lo valoramos tanto ISIS se especializa en comportarse exactamente en sentido contrario.

Husain:

En una era de confusión, en una era de modernidad, hay un impulso por volver al blanco y negro, a lo correcto o lo incorrecto, al cielo o al infierno.

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