Decenas de personas estaban a punto de escapar del horror que vive Siria, pero un coche bomba estalló en el área de Al Rashidín, en la periferia oeste de la ciudad de Alepo, y acabó con la vida de 126 personas, entre ellos 68 niños.
Fue entonces que el fotógrafo Abd Alkader Habak acudió a cubrir el hecho y, horrorizado, intentó luego ayudar a un niño alcanzado por el fuego de la explosión. El hecho fue registrado por su colega y subido a Twitter.
Más tarde, Abd Alkader Habak dijo que él y su colegas han hecho es "inspirar humanidad a los socios de quienes matan niños como los de Khan Sheikhan”. Lo último en referencia al ataque químico.
What I and my colleagues have done today is what inspires our humanity to those who were partners in killing the children of #Khan_Sheikhan— Abd Alkader Habak (@AbdHabak) 15 de abril de 2017
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, entre las víctimas había vecinos de Fua y Kefraya y voluntarios de la Media Luna Roja Siria, que se encontraban allí para facilitar el proceso de evacuación.
Asimismo, precisó que entre los 109, unos 68 eran niños y un total de 13 eran mujeres, mientras que el resto de víctimas mortales eran hombres armados.
El atentado se produjo cuando los autobuses con evacuados de Fua y Kefraya, dos pueblos de mayoría chií de la provincia de Idleb (noroeste), esperaban en el paso de Al Rashidín para cruzar a las áreas bajo el control de las autoridades del régimen en Alepo.
Los vehículos estaban aparcados en esa zona, cuando una furgoneta de tipo "pick up" estalló.
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