La tensión sigue subiendo entre Arabia Saudita y Estados Unidos, que tuvieron intercambios particularmente duros el jueves sobre la producción de petróleo y, en términos más generales, sobre la actitud de Riad hacia Moscú.
Los sauditas respondieron, en una rara declaración, a las críticas de Estados Unidos, que les acusa de haber recortado la producción de oro negro para “alinearse” con los intereses del presidente ruso, Vladimir Putin.
“Arabia Saudita vio las declaraciones (...) que describieron la decisión como una toma de posición del reino en conflictos internacionales y como políticamente motivada contra Estados Unidos”, dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita en un comunicado.
Riad expresó su “rechazo total” a las acusaciones estadounidenses, y aseguró que las decisiones del cartel de exportadores de crudo y sus aliados se “basaron puramente en consideraciones económicas”.
La Opep+, que agrupa a los 13 miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) liderados por Arabia Saudita, y a 10 socios encabezados por Rusia, decidieron la semana pasada recortar sus cuotas de producción para sostener los precios del crudo.
“Dirección equivocada”
El presidente estadounidense, Joe Biden, advirtió que habrá “consecuencias” por esta decisión, que podría favorecer a Rusia al sostener o impulsar los precios. Moscú necesita sus ingresos petroleros para financiar su guerra en Ucrania.
Riad, por su parte, dijo que Estados Unidos “sugirió” posponer por un mes la decisión de la Opep+, que también podría subir el precio de la gasolina, y por ende molestar a los votantes estadounidenses.
En resumen, Arabia Saudita está diciendo que la Casa Blanca le pidió esperar a que pasen las elecciones de medio término del 8 de noviembre, decisivas para determinar el control del Congreso y por lo tanto, para el resto del mandato de Biden.
La respuesta de Washington a la declaración de Arabia Saudita fue rápida y especialmente fuerte.
“La cancillería saudita puede tratar de tergiversar o desviar (la atención), pero los hechos son simples”, dijo el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby.
“En las últimas semanas, los sauditas nos han dejado claro, en privado y en público, que tenían la intención de reducir la producción de petróleo, sabiendo que esto aumentaría los ingresos de Rusia y atenuaría el impacto de las sanciones (contra Moscú por la guerra). Esta es la dirección equivocada”, afirmó.
Y enfatizó: “Podrían fácilmente haber esperado la próxima reunión de la OPEP para ver cómo evolucionaban las cosas”.
Consultado sobre la postura de Riad, Biden declaró este jueves a reporteros en Los Ángeles: “Estamos por hablar con ellos”.
“Forzados a apoyar”
“Otros países de la OPEP nos indicaron en privado que también se oponían a la decisión saudita, pero que se sintieron forzados a apoyar” la estrategia de Riad, acusó de su lado Kirby.
Agregó que Washington “continuará vigilando cualquier señal sobre la posición (de Riad) en respuesta a la agresión rusa” contra Ucrania.
Biden prometió recientemente que “reevaluará” la larga relación estratégica entre los dos países, que se basa en un principio simple: Arabia Saudita alimenta el mercado petrolero, y a cambio Estados Unidos garantiza su seguridad, en particular a través de ventas masivas de armamento.
El presidente estadounidense visitó Arabia Saudita en julio para reafirmar este principio, y la Casa Blanca, por lo tanto, vio la decisión de la Opep+ como una afrenta diplomática.
Esta visita, y el saludo de choque de puños con el príncipe heredero Mohamed bin Salman, se vuelven cada vez más costosos políticamente para el presidente demócrata de 79 años, quien prometió durante su campaña electoral reducir a Arabia Saudita al rango de “paria” tras el asesinato del periodista Jamal Khashoggi.
Muchos legisladores demócratas reclaman que se congelen las ventas masivas de armas a Arabia Saudita. La Casa Blanca, sin embargo, no ha precisado hasta el momento cuáles serían las “consecuencias” mencionadas por Biden.
Fuente: AFP