Dos mujeres fueron flageladas en una plaza de Malasia luego de reconocer que habrían mantenido relaciones sexuales, acto que está prohibido según las leyes del islam.
Ambas fueron golpeadas con una vara frente a una multitud, mientras vestían de blanco y llevaban la cabeza cubierta con un pañuelo de color rojo.
Cada una recibió seis azotes, hecho que ha sido repudiado por las organizaciones de los derechos humanos, las cuales denunciaron los constantes ataques que los miembros de la comunidad LGTBI reciben en este país.
Sin embargo, es la primera vez que este hecho se produce un caso de esta naturaleza entre mujeres, quienes fueron detenidas en abril de este año hasta que el Tribunal Superior de la sharía las condenó a seis golpes de vara y una multa de 3 mil 300 ringgit (800 dólares).
Posiciones en contra y a favorLa comunidad malasia ha entrado en disputa a raíz de este hecho. En el caso de la asociación local Women's Aid Organisation se declaró “escandalizada y horrorizada por esta grave violación de los derechos humanos”.
Por su parte, uno de los responsables del tribunal, Wan Abdul Malik Wan Sidek, apoyó la decisión de sus colegas y alegó que el castigo recibido por las mujeres no había sido tan severo como los aplicados en casos similares.
A su vez, afirmó que este tipo de penitencias se hacen con ropa puesta, con el objetivo de infringir el menor dolor posible y solo humillar al condenado.