Michelle Flower, de 41 años, oriunda de de Sheffield (Reino Unido), reveló que fue víctima de una reacción adversa a la vacuna contra el COVID-19, “envejeciendo 20 años en tres días”.
Su salud se vio deteriorada luego de aplicarse la vacuna de refuerzo de Pfizer con la aparición de síntomas similares a una quemadura solar, con dolor en el rostro y grietas en los labios, informó Yorkshire.
Michelle recibió la vacuna en enero de 2022 y dos semanas después comenzó a sufrir la dolora afección a la piel que le impedía, incluso, “abrir la boca correctamente”.
Le diagnosticaron urticaria (ronchas) y su médico de cabecera le recetó esteroides para tratarla. La mujer completó el tratamiento, pero luego aparecieron nuevamente los mismo síntomas y repitió ese proceso hasta cinco veces, por lo que se volvió dependiente de los esteroides.
Luego de investigar sus síntomas cree que fue mal diagnosticada y considera que sufre en realidad de dermatomiositis, conocido como ‘ojos de mariposa’. Su médico de cabecera, luego de escucharla, ha ordenado que se realice una biopsia para confirmar su rara afección a la piel.
Pese a todo lo sufrido, Michelle Flower asegura que no está en contra de las vacunas contra el COVID-19, al contrario, está convencida de que las vacunas son una parte importante de la estrategia de salud pública.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) informa que las vacunas contra el COVID-19 son seguras, que los efectos secundarios son leves o moderados y desaparecen espontáneamente a los pocos días. Sin embargo, dice también que de forma infrecuente ocurren reacciones alérgicas graves (como casos de anafilaxia), pero son menos probables.