Aaron Traywick, biohacker estadounidense, murió el pasado domingo en una sala de hidroterapia en Washington D.C, según comunicó la policía local.
Lo intrigante sobre Traywick es que siempre mostró métodos no convencionales para aplicar sus tratamientos médicos junto a la firma Ascendance Biomedical, la cual dirigía y mantenía siempre al borde de romper la ley.
Biohacker reconocido
Dentro de esta nueva tendencia, que se basa en la modificación del cuerpo por medio de cirugías, dietas e implantes de chips con el fin de mejorar la biología natural del ser humano, Traywick fue todo un pionero."Tengo un gran deseo de dar una solución positiva a los problemas de injusticia que afectan los derechos humanos y el entorno natural", se describía Traywick en un perfil de LinkedIn.
Sin embargo, su carrera siempre estuvo marcada por la polémica a causa de su método para probar los tratamientos médicos que creaba.
Rompiendo la ley
Traywick en su búsqueda de que la Administración de Drogas y Alimentos de EE.UU. (FDA, por sus siglas en inglés) apruebe sus tratamientos, solía aplicárselos a sí mismo, sin seguridad alguna de que fuesen a funcionar.También basó su trabajo en la "terapia genética para la eliminación a gran escala del VIH/Sida, la vacunación y el despliegue de emergencia", que deseo aplicar en pacientes terminales de VIH en Venezuela.
Además, su compañía estaba catalogada como “peligrosa” por el gobierno estadounidense, quienes condenan este tipo de prácticas como la automedicación o el uso de la genética de forma experimental.