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Un equipo de astrónomos ha identificado dos estrellas muy cercanas la una a la otra, que se espera vayan acercándose lentamente cada vez más y cuando se fusionen, en el futuro, crearán una explosión termonuclear descontrolada que acabará como una supernova.

Las estrellas, cuyas superficies están separadas por aproximadamente medio millón de kilómetros, se orbitan mutuamente y se espera que las dos vayan acercándose lentamente cada vez más y, cuando se fusionen, dentro de unos 700 millones de años, tendrán suficiente materia como para iniciar una enorme explosión de supernova.

En el estudio publicado en la revista Nature, del que son coautores el español Miguel Santander-García, del Observatorio Astronómico Nacional y del Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid (CSIC) y el belga Henri Boffin, de ESO, se descubrió una pareja de estrellas enanas blancas -restos estelares muy pequeños y extremadamente densos- muy cercanas y con una masa total de aproximadamente 1,8 veces la masa del Sol.

Esta es la pareja más masiva de este tipo encontrada hasta ahora y cuando estas dos estrellas se fusionen en el futuro crearán una explosión termonuclear descontrolada que acabará como una supernova de tipo Ia (este tipo de supernovas se producen cuando una estrella enana blanca adquiere masa adicional, por acreción de una compañera estelar o por fusión con otra enana blanca).

"Las supernovas de este tipo son vitales para medir distancias -en el Universo- y lo han sido para el descubrimiento de la energía oscura. Cuanto mejor comprendamos cómo se forman, mejor afinaremos varias de estas cuestiones. En resumen, supone poner una pequeña pieza más en el puzzle de la ciencia, que intenta comprender el Universo que nos rodea y en ese sentido es muy gratificante", dijo Santander-García.

Los científicos descubrieron este fenómeno cuando intentaban averiguar cómo algunas estrellas producen nebulosas asimétricas con extrañas formas en las últimas etapas de sus vidas.

Uno de los objetos que estudiaban era la inusual nebulosa planetaria Henize 2-428, según informó el Observatorio Europeo Austral (ESO).

"Cuando observamos la estrella central de este objeto con el VLT, encontramos, no una, sino dos estrellas en el corazón de esta brillante nube extrañamente torcida", explicó Henri Boffin.

Los investigadores encontraron más cosas y posteriores observaciones llevadas a cabo con telescopios en Canarias (España) les permitieron determinar la órbita de ambas estrellas y deducir tanto sus masas como la distancia que las separa.

"Entonces fue cuando nos llevamos la mayor sorpresa", explicó Romano Corradi, del Instituto de Astrofísica de Canarias.

Descubrieron que cada una de las estrellas tiene una masa ligeramente menor que la del Sol y que se orbitan mutuamente cada cuatro horas.

Están lo suficientemente cerca la una de la otra como para que, según la teoría de Einstein de la relatividad general, vayan acercándose cada vez más, creciendo en espiral debido a la emisión de ondas gravitacionales, antes de acabar fusionándose en una sola estrella, según el ESO.

La estrella resultante será tan masiva que nada podrá impedir que colapse sobre sí misma y posteriormente explote como una supernova.

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