La ONU denunció hoy que al menos 139 personas han muerto en los últimos días por los ataques en la parte oriental de la ciudad siria de Alepo, que vive "la peor semana" en los seis años del conflicto armado en ese país.
"Son días escalofriantes (...). No hay nada que justifique lo que está sucediendo ante nuestros propios ojos", afirmó el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, al comparecer hoy ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
De Mistura dijo que además de las 139 personas que han perecido por los ataques registrados durante esta semana en el este de Alepo, la zona más castigada, otras 74 personas han perecido en la parte rural próxima a esa ciudad, para un total de 213 muertos.
El enviado especial de la ONU a la zona presentó un panorama desolador en cuanto a la situación que atraviesa el oriente de Alepo, donde cerca de 275.000 personas están "atrapadas de facto", sin alimentos ni agua potable.
Los equipos de emergencia "se sienten abrumados y no pueden responder ante estos ataques", añadió.
Organizaciones humanitarias han apuntado a la aviación siria y la rusa como los principales responsables de estos ataques que está sufriendo la zona desde que el lunes pasado terminó el alto el fuego que habían negociado en Ginebra Estados Unidos y Rusia.
Los intentos por extender el alto el fuego, que han continuado en los últimos días en Nueva York, con motivo de la Asamblea General de la ONU, han fracasado, sin esperanzas de que las gestiones se puedan reanudar a corto plazo.
Este hecho, según De Mistura, ha provocado que "se haya desatado una violencia sin precedentes que afecta también a los civiles". "Los centros médicos se utilizan como blanco", denunció.
El representante de la ONU dijo que ha sido imposible verificar cuántos ataques aéreos ha habido en los últimos días, entre otras razones porque muchos se realizan de noche.
Entre los armamentos utilizados se incluyen bombas incendiarias y otros artefactos de gran impacto para castigar especialmente a búnkers, agregó el representante de la ONU.
De Mistura afirmó que si se confirman los ataques a la infraestructura civil en Alepo, ello "podría equivaler a crímenes de guerra", a tono con otras advertencias parecidas que ha venido haciendo la ONU en las últimas semanas.
El representante de la ONU teme que a esta ofensiva aérea le pueda seguir una "larga lucha calle por calle que llevará meses, si no años".
Pidió al consejo tres medidas de urgencia: que haya un cese de la violencia contra civiles y la infraestructura, que se apruebe una tregua de 48 horas para que los convoyes de asistencia puedan llegar a Alepo oriental y que se permita una evacuación médica de los casos más graves".
De Mistura cerró su intervención señalando que, aunque en algunos sectores se lo han pedido, no tiene intención de presentar su renuncia en ese cargo.
"Si yo renunciara sería una señal de que la comunidad internacional abandona a los sirios. No necesitamos dar este tipo de señal", agregó. EFE